Ansiedad normal y ansiedad patologica

Ansiedad normal y ansiedad patologica

Significado de la ansiedad patológica

Como se ha señalado anteriormente, la ansiedad normal es realmente beneficiosa. Sin embargo, la ansiedad se convierte en un problema cuando se prolonga en el tiempo (duración) y/o tiene una intensidad o frecuencia que empieza a interferir en el funcionamiento y el bienestar general de la persona. Estos tres factores -duración, intensidad y frecuencia- distinguen la ansiedad normal y adaptativa de la ansiedad anormal y patológica. Como tal, la ansiedad anormal es diferente de la ansiedad normal porque es desproporcionada con respecto a la situación que provocó la respuesta ansiosa. Cuando la intensidad, la duración y/o la frecuencia de la ansiedad se vuelven angustiosas y crónicas, de forma que interfieren en el funcionamiento de la persona, se suele hablar de ansiedad patológica. Los trastornos de ansiedad representan formas variantes de esta ansiedad patológica.

Por tanto, la diferencia entre la ansiedad normal y la ansiedad anormal es la siguiente: la ansiedad se considera normal y adaptativa cuando sirve para mejorar el funcionamiento o el bienestar de las personas. Por el contrario, la ansiedad anormal es una condición crónica que deteriora el funcionamiento de las personas e interfiere en su bienestar. Esta alteración les causa un malestar significativo. Hay síntomas específicos que acompañan a cada trastorno de ansiedad. Sin embargo, el principal criterio utilizado para distinguir la ansiedad normal de un trastorno de ansiedad es que provoca una angustia significativa, o deteriora el funcionamiento social, laboral o de otras áreas importantes (APA, 2013). Esta distinción es importante. Por ejemplo, puedo tener fobia a ir al dentista. Incluso puedo tener ataques de pánico antes de una visita al dentista. Sin embargo, sigo yendo al dentista con regularidad y no me crea problemas de salud ni una enorme angustia. Por lo tanto, no cumplo los criterios de un trastorno de fobia. En otra sección se ofrece más información sobre el diagnóstico y la clasificación de los trastornos de ansiedad.

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Patología de la ansiedad

En este artículo los autores abordan cómo la ansiedad patológica puede desarrollarse a partir de estados de miedo adaptativos. Las respuestas de miedo (por ejemplo, el congelamiento, el sobresalto, los cambios en la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y el aumento de la vigilancia) son respuestas conductuales y perceptivas funcionalmente adaptativas que se provocan durante el peligro para facilitar las respuestas defensivas adecuadas que pueden reducir el peligro o las lesiones (por ejemplo, la huida y la evitación). El miedo es un estado motriz central de las tendencias a la acción subservido por los circuitos del miedo, en los que la amígdala desempeña un papel central. La ansiedad patológica se conceptualiza como un estado de miedo exagerado en el que la hiperexcitabilidad de los circuitos del miedo que incluyen la amígdala y la amígdala extendida (es decir, el núcleo del lecho de la estría terminal) se expresa como hipervigilancia y una mayor respuesta conductual a los estímulos temerosos. La reducción de los umbrales de activación y la hiperexcitabilidad en los circuitos del miedo se desarrollan a través de procesos de sensibilización o amabilidad en los que intervienen neuropéptidos, hormonas y otras proteínas. La hiperexcitabilidad de los circuitos del miedo se expresa en forma de ansiedad patológica que se manifiesta en los diversos trastornos de ansiedad.

Ansiedad no patológica

Se sugiere que la hiperexcitabilidad en los circuitos del miedo es importante para el desarrollo de la ansiedad patológica y el trauma a partir de los mecanismos adaptativos del miedo. Se propone que la hiperexcitabilidad se debe a una sensibilización adquirida en los circuitos del miedo que se agrava progresivamente con el tiempo y que provoca síntomas cambiantes en la patología temprana y tardía. Usamos la metáfora y los mecanismos del kindling para examinar las ganancias y pérdidas de función de un neuropéptido excitador y otro inhibidor, el factor liberador de corticotrofina y la somatostatina, respectivamente, para explorar esta hipótesis de sensibilización. Sugerimos que la hiperexcitabilidad inducida por el kindling de la amígdala, la hiperinhibición y la pérdida de inhibición proporcionan pistas sobre los mecanismos de hiperexcitabilidad y los cambios progresivos en la función iniciados por el estrés y el trauma.

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En este artículo exploramos y actualizamos la idea de que la ansiedad patológica se desarrolla a partir de la hiperexcitabilidad de los circuitos neuronales del miedo adaptativo. Hace más de 20 años presentamos la idea de que la ansiedad patológica se desarrollaba a través de un proceso de sensibilización neural o procesos similares a los de kindling que inician cambios en los circuitos cerebrales del miedo adaptativo que conducen a una mayor percepción y respuesta a la amenaza y el peligro posteriores (Rosen y Schulkin, 1998). Esto no sólo incluye las respuestas autonómicas y conductuales relacionadas con el miedo que se activan durante la ansiedad patológica, sino la respuesta perceptiva del miedo de mayor vigilancia. Esta hipervigilancia es una superrespuesta a eventos que pueden ser amenazantes (Frijda, 1986). Desentrañar los mecanismos de la respuesta perceptiva de miedo puede conducir a una mayor comprensión de la ansiedad patológica, ya que la disfunción o la sobreactivación de la percepción del miedo conduce al pensamiento ansioso y a la conducta desadaptativa.

Tratamiento de la ansiedad patológica

Las manifestaciones son muy diversas. Lo común es que la ansiedad en tales condiciones se denomine patológica. Y hoy nos centraremos en cuál es exactamente la diferencia entre la ansiedad normal y la patológica.

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A menudo decimos que es natural experimentar ansiedad. La ansiedad normal también se denomina ansiedad adaptativa. Es de corta duración, portátil y no tiene un impacto negativo en las relaciones, actividades o estados significativos.

Esta ansiedad siempre está asociada a una situación que se percibe como peligrosa. Si nos encontramos en una situación de incertidumbre, de inseguridad, entonces en esas condiciones puede aumentar. Sin embargo, no hay un impacto negativo claro en la vida y el estado. A medida que se recibe la información, el plan de acción, la situación se resuelve, y el nivel de alarma disminuye.

Este tipo de ansiedad afecta negativamente a todas las áreas de la vida, las relaciones, la productividad y limita las oportunidades. La ansiedad patológica puede presentarse en forma de crisis, como por ejemplo en un trastorno de pánico, o puede ser permanente, como en un trastorno de ansiedad generalizada. Cuando la ansiedad parece sostenerse por sí misma y persiste en forma de fondo, luego se debilita y después aumenta.

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