Ansiedad y lactancia materna

Ansiedad y lactancia materna

Cortisol en la leche materna

Después de una visita a las asesoras de lactancia del hospital, que me mostraron las mejores posturas para amamantar y me dieron el apoyo que necesitaba, me puse en marcha y continué con la lactancia materna exclusiva durante los siguientes 12 meses.

Sin embargo, en esos primeros meses experimenté algo extraño -y a menudo aterrador- que nunca conté a nadie. Cuando mi hija se enganchaba y bajaba la leche, una intensa sensación de ansiedad, pánico y fatalidad me invadía todo el cuerpo. Durante un breve momento -unos 20 o 30 segundos- tenía un miedo repentino e irracional de que algo malo iba a ocurrir.

Cuando di a luz a mi segundo hijo dos años después, no me sorprendió que esos mismos sentimientos volvieran a aflorar. Seguía siendo inquietante, pero afortunadamente no afectó a mi capacidad de amamantarla durante 13 meses.

Sin embargo, me seguía atormentando y, como periodista de salud, quería saber por qué. A menudo escribía sobre la lactancia materna, y cuando preguntaba a mis fuentes si esto era habitual, la mayoría no tenía ni idea de lo que estaba hablando. Entonces, un día hablé con una asesora de lactancia y me dijo que lo que yo había experimentado era real y tenía un nombre: D-MER: Reflejo Disfórico de Expulsión de Leche.

¿Puede la lactancia materna provocar ansiedad y depresión?

Además, es importante tener en cuenta que la política de las organizaciones de salud pública, como la OMS, emitió importantes recomendaciones que promueven el concepto de que “lo mejor es el pecho” se basa principalmente en la necesidad de nutrición de los países del tercer mundo, y no en el bienestar emocional (16). En consecuencia, en la actualidad se cuestiona ampliamente esta política y se propone una creencia más inclusiva de “lo mejor es la alimentación”, que incluye a las mujeres que dan el pecho, el biberón o ambos y que hace hincapié en la importancia primordial de proporcionar nutrición evitando a toda costa la desnutrición infantil. Aunque es más inclusivo, este enfoque sigue sin centrarse en el bienestar emocional de la madre.

  En que parte del cuerpo se siente la ansiedad

Por el contrario, la lactancia materna, que requiere un contacto sostenido entre la madre y el bebé, podría representar un serio desafío para aquellas madres que padecen enfermedades mentales perinatales. En consecuencia, las madres deprimidas a menudo informan de una menor autoeficacia en la lactancia y tienden a amamantar menos o durante menos tiempo (2, 6, 9).

La depresión en la lactancia materna

Muchas madres primerizas también descubren que la lactancia no es tan fácil como la pintan en las películas. Sé que fue una lucha para mis dos hijos. Tuve a cinco especialistas en lactancia trabajando conmigo, y simplemente no lo conseguía. Tuve que complementar a los dos, pero me sentí muy mal. La conclusión es que hay que seguir dando el pecho todo lo que se pueda. Extrae leche y dale un biberón si es necesario. Eso es lo que yo acabé haciendo, y aún así tuve que complementar. Y si necesitas ayuda, hay muchos recursos disponibles. Habla con tu pediatra sobre lo que es mejor para ti y para tu bebé.

  Monstruo de la ansiedad

Abandono de la lactancia materna

Los recién nacidos son capaces de percibir el estrés y la tensión de sus madres, y esto también puede contribuir a los problemas de alimentación.    Las dificultades para amamantar a veces hacen que las nuevas madres se sientan “fracasadas”, y esto puede provocar estrés y la aparición de síntomas de salud mental, como ansiedad o depresión. Estos síntomas de salud mental pueden repercutir en la lactancia materna, dando lugar a un círculo vicioso.

Recientemente se ha tomado conciencia de que el porcentaje de nuevas madres con trastornos de salud mental perinatales se está disparando. Entre ellos se encuentran la depresión y la ansiedad posparto, que se dan hasta en un 20% de las mujeres en las semanas o meses posteriores al parto. Los trastornos mentales pueden verse agravados por la falta de sueño, que es una experiencia común para las nuevas madres, especialmente las que tienen problemas de lactancia.

  Medicación natural para la ansiedad

Hace poco visité a mi sobrina, que sufría mucha ansiedad por el consejo de “triplicar la alimentación” de su primer bebé, que nació 5 semanas antes de lo previsto.    Se agarraba a su hija al pecho para intentar alimentarla, y luego la complementaba con un biberón después de cada intento de amamantamiento, seguido de una doble extracción de leche cada 2 horas durante todo el día. Así, conseguía dormir entre 15 y 20 minutos, como máximo, antes de tener que despertarse para volver a empezar el ciclo.

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