Beber alcohol me da ansiedad

Beber alcohol me da ansiedad

Alcohol para la ansiedad

El alcohol puede provocar ansiedad y ataques de pánico. A veces, la ansiedad y los ataques de pánico son tan graves que la única forma en que una persona siente que puede lidiar con ellos es bebiendo para automedicarse. Existe una clara correlación entre la adicción al alcohol y la ansiedad, y una puede llevar a la otra. La relación entre ambas puede ser compleja, pero también puede explicarse.

La gente bebe por muchas razones, y el estrés y la ansiedad son comunes. Es cierto que el alcohol puede ayudar con la ansiedad, al menos temporalmente, pero también puede empeorarla a largo plazo y provocar graves ataques de pánico. Aunque es normal sentirse ansioso después de beber mucho, cuando los ataques de pánico inducidos por el alcohol se convierten en algo habitual, es señal de un problema grave.

El alcohol es una forma habitual de automedicación para la ansiedad social, el trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno de pánico. De hecho, alrededor del 25% de las personas con trastorno de pánico tienen un historial de dependencia del alcohol.

La ansiedad no sólo lleva a la bebida, y la bebida a la ansiedad, sino que ambas se desencadenan mutuamente en un ciclo en espiral. Por ejemplo, la ansiedad hace que una persona empiece a beber, lo que empeora su ansiedad, lo que le lleva a beber más y a empeorar aún más su ansiedad.

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Qué es la ansiedad

Algunas personas dicen recurrir al alcohol para reducir el estrés.    Sin embargo, las investigaciones demuestran que el alcohol puede hacer lo contrario.  Aunque uno se sienta temporalmente más relajado mientras bebe, el alcohol puede aumentar la cantidad de ansiedad que se siente al día siguiente.

Hay varias razones para ello, tanto biológicas como sociales.  En primer lugar, el alcohol modifica los niveles de serotonina y otros neurotransmisores en el cerebro.  Cuando los niveles de serotonina son bajos, las personas pueden experimentar sentimientos de ansiedad y depresión.    En segundo lugar, el consumo de alcohol provoca un pico de azúcar en la sangre.  Después de beber, los niveles de azúcar en sangre descienden, provocando sensaciones de mareo, debilidad e irritabilidad.  En tercer lugar, el alcohol causa deshidratación, lo que puede provocar náuseas, fatiga y palpitaciones.  Las palpitaciones, en particular, se asocian a la sensación de ansiedad.

El consumo de alcohol también puede provocar ansiedad debido a que se lamenta de algo que ocurrió la noche anterior, o no es capaz de recordar lo que sucedió.  Estos sentimientos provocan un estrés adicional, lo que no ayuda en absoluto cuando ya se tienen muchas cosas en la cabeza.

Trastorno de ansiedad

Beber alcohol tiene un efecto sobre la mente y el cuerpo, y se podría argumentar que es positivo (en ese momento), por lo que quienes sufren ansiedad recurren al alcohol para enmascarar sus sentimientos.    Es irónico que estemos culturalmente condicionados a tomar una copa para “calmar los nervios”, porque ahora sabemos que puede ocurrir lo contrario. Esto se debe a que, sobre todo, es la resaca del día siguiente, mientras el cuerpo intenta deshacerse de la toxina que provoca la ansiedad del alcohol.

  Efectos de la ansiedad generalizada

Drinkaware.co.uk nos dice que el alcohol afecta a la química del cerebro, ya que reduce los niveles de serotonina, que es un neurotransmisor, un emisor de mensajes si se quiere, responsable de una serie de funciones como el estado de ánimo, el sueño y la memoria. Los niveles bajos de serotonina hacen que se duerma mal, que haya cambios de humor y que se tengan problemas para recordar cosas. Si ya se sufre de ansiedad, esto no va a ayudar.

“Alrededor del 20 por ciento de las personas con trastorno de ansiedad social también sufren de abuso o dependencia del alcohol, y un estudio reciente encontró que los dos trastornos tienen una conexión más fuerte entre las mujeres” Anxiety and Depression Society America

¿Por qué me siento triste después de beber alcohol?

Después de un día duro, muchas personas abren una botella de cerveza o vino para relajarse y desestresarse. Aunque al principio puede hacer que te sientas mejor, beber alcohol con regularidad puede empeorar el estrés y la ansiedad.

Tomar una copa es una solución rápida pero engañosa. El alcohol afecta a las sustancias químicas del cerebro, ralentizando (deprimiendo) el funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso central. Afecta a la parte del cerebro que controla la inhibición (el proceso de frenar tus impulsos o ciertos comportamientos debido a factores como la moral o la falta de confianza). Por eso, después de una o dos copas puedes sentirte menos ansioso y más seguro de ti mismo, o “perder las inhibiciones”.

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Los cambios químicos en el cerebro pueden hacer que empiecen a aparecer más sentimientos negativos, como ansiedad, depresión, ira o agresividad. Esto se debe a que el alcohol afecta a los neurotransmisores del cerebro. Son sustancias químicas que envían mensajes de un nervio a otro del cerebro. El alcohol impide que funcionen correctamente y tiene un impacto negativo en la salud mental y el bienestar.

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