Causas organicas de la ansiedad

Causas organicas de la ansiedad

Ejemplos de estudios de casos de ansiedad

Toda enfermedad tiene una dimensión tanto psicológica como física. Esto puede parecer una afirmación sorprendente, pero, si se reflexiona, no es controvertida. Las enfermedades no vienen a los médicos, sino los pacientes, y los procesos por los que los pacientes detectan, describen y reflexionan sobre sus síntomas son eminentemente psicológicos. Este punto teórico tiene implicaciones prácticas. Si adoptamos un enfoque “bio-psico-social” de la enfermedad en general, que reconozca los aspectos biológicos, psicológicos y sociales de nuestras vidas, es menos probable que descuidemos los orígenes psicológicos tratables de muchas dolencias físicas (desde el globus hystericus hasta el trastorno de conversión completo) y las consecuencias psicológicas tratables (como la depresión y la ansiedad) de muchas enfermedades físicas.

La neurología tiene una relación especialmente estrecha con la psicología y la psiquiatría, ya que las tres disciplinas se centran en las funciones y los trastornos de un único órgano, el cerebro. Los principales objetivos del tradicional “examen neurológico” británico pueden ser los procesos motores y sensoriales elementales, pero cualquier evaluación adecuada de la “función cerebral” debe tener en cuenta la cognición y el comportamiento. La noción que muchos de nosotros aportamos a la neurología -que sólo una minoría de los trastornos neurológicos tiene una dimensión psicológica o psiquiátrica significativa- es casi ciertamente errónea. La implicación cognitiva y conductual es la norma, no la excepción, entre los pacientes con trastornos del sistema nervioso central (SNC). Por lo tanto, los síntomas físicos y psicológicos de la enfermedad pueden relacionarse de las siguientes maneras: (1) los síntomas físicos salen a la luz a través de complejos procesos psicológicos; (2) el trastorno psicológico puede manifestarse en síntomas físicos; (3) las enfermedades físicas suelen provocar una reacción psicológica secundaria; (4) una categoría de enfermedad física, que afecta al cerebro, puede dar lugar, de forma más o menos directa, a manifestaciones psicológicas.

  La ansiedad produce somnolencia

Caso práctico de ansiedad en adolescentes

Introducción: La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que suele ir acompañada de trastornos psiquiátricos. Este trastorno mental puede estar causado por el papel de factores biológicos, como la alteración de los neurotransmisores, o por factores psicológicos de los pacientes, que están menos preparados para aceptar los cambios en las condiciones causadas por esta enfermedad crónica. El objetivo de este informe es presentar los casos registrados de trastornos mixtos de ansiedad y depresión que acompañan a los trastornos mentales orgánicos posteriores a la epilepsia y a la diabetes mellitus de tipo 1.

Presentación del caso: Una niña de 12 años, que vivía en una zona rural de bajo nivel socioeconómico, fue llevada por su padre a una clínica psiquiátrica con quejas de frecuentes convulsiones y de sentirse deprimida y preocupada, especialmente cuando se sentía decepcionada o había presión. También se sabía que la paciente tenía diabetes mellitus tipo 1 desde el año anterior. La paciente había sido hospitalizada y se sospechaba que padecía trastornos epilépticos focales atónicos o parálisis periódica. De la anamnesis psiquiátrica se desprendían sentimientos depresivos, preocupación por sus madres y su familia, y progresiones de pensamiento relevantes. Se llevó a cabo una farmacoterapia y una psicoterapia para tratar a esta paciente.

  Tratamiento de la ansiedad en pacientes prequirúrgicos

Estudio de caso sobre el trastorno de ansiedad slideshare

La ansiedad como emoción desde una perspectiva evolutiva suele tener una causa evidente y también un objetivo (la seguridad y la evitación del peligro). La ansiedad está relacionada en parte con situaciones sociales, pero también con peligros no sociales.

Clásicamente se piensa que la ansiedad está relacionada con la amenaza real o percibida del peligro. Sin embargo, deja de ser útil y empieza a ser patológica cuando empieza a impedir el funcionamiento normal de base de un individuo.

Los pacientes presentan síntomas físicos de ansiedad (como taquicardia y temblor) y síntomas psicológicos clave, como inquietud, fatiga y dificultad para concentrarse, irritabilidad y trastornos del sueño.

La proporción estimada de trastorno de ansiedad generalizada (TAG) en Inglaterra es del 4,4%.1 Una revisión de estudios epidemiológicos en Europa encontró una prevalencia a los 12 meses del 1,7% al 3,4%,2 y una prevalencia a lo largo de la vida del 4,3% al 5,9%.3

Las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de desarrollar un trastorno de ansiedad4 , aparte del trastorno de ansiedad social, cuya prevalencia es igual. El TAG es probablemente el trastorno de ansiedad más común entre la población de edad avanzada2.

Trastorno de ansiedad generalizada estudio de caso ppt

El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) es un trastorno mental y conductual,[4] específicamente un trastorno de ansiedad caracterizado por una preocupación excesiva, incontrolable y a menudo irracional por eventos o actividades[5] La preocupación suele interferir con el funcionamiento diario, y los individuos con TAG suelen estar excesivamente preocupados por asuntos cotidianos como la salud, las finanzas, la muerte, la familia, las preocupaciones por las relaciones o las dificultades laborales[6][7] Los síntomas pueden incluir preocupación excesiva, inquietud, problemas para dormir, agotamiento, irritabilidad, sudoración y temblores[1].

  Ansiedad se me traba la lengua

Los síntomas deben ser constantes y continuos, persistiendo al menos seis meses, para un diagnóstico formal de TAG[5][6] Los individuos con TAG a menudo tienen otros trastornos, incluyendo otros trastornos psiquiátricos (por ejemplo, trastorno depresivo mayor), trastorno por uso de sustancias, obesidad, y pueden tener una historia de trauma o familia con TAG[8] Los médicos utilizan herramientas de detección como los cuestionarios GAD-7 y GAD-2 para determinar si los individuos pueden tener TAG y justificar la evaluación formal del trastorno. Además, a veces las herramientas de cribado pueden permitir a los médicos evaluar la gravedad de los síntomas del TAG[9][10].

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