Cbd para tratar la ansiedad
¿Puede el cannabis tratar las enfermedades mentales?
Antecedentes La ansiedad es la segunda razón más común para la prescripción de cannabis medicinal en Australia y está siendo tratada tanto con productos que contienen Δ9-tetrahidrocannabinol (THC) como con productos en los que predomina el cannabidiol (CBD).
Discusión Los ensayos clínicos y los estudios de laboratorio proporcionan pruebas de los efectos ansiolíticos del CBD en voluntarios sanos y en poblaciones clínicas, aunque las pruebas actuales son insuficientes para apoyar el CBD como tratamiento de primera línea. Las pruebas relativas al uso de productos con predominio de THC para la ansiedad son ambiguas, con exacerbación de la ansiedad en algunos individuos y alivio en otros. Es necesario tener precaución, ya que el THC puede alterar la conducción y la función cognitiva. A pesar de la falta de pruebas sólidas de apoyo, la prescripción de productos de cannabis medicinal para la ansiedad está aumentando rápidamente, mientras que el cannabis ilícito se utiliza ampliamente en la comunidad para automedicar la ansiedad. Aproximadamente el 17% de las prescripciones actuales para la ansiedad son para productos líquidos (aceites), obleas y cápsulas que contienen CBD, mientras que el resto son para productos líquidos que contienen THC (33%) y hierbas de cannabis para vaporizar (50%). Los médicos deben considerar cuidadosamente los posibles riesgos y beneficios al prescribir cannabis medicinal para los trastornos de ansiedad y deben “empezar poco a poco”.
Cómo tomar aceite de CBD para la ansiedad
El cannabidiol es un componente no psicotomimético del Cannabis sativa. Si bien el CBD es un componente de la marihuana, puede derivarse tanto de la planta de marihuana como del cáñamo, que es un primo de la planta de marihuana[1].Aunque la investigación en pacientes es limitada, algunos estudios también han demostrado que el CBD puede tener efectos ansiolíticos y antidepresivos[2].
El CBD se comercializa actualmente como suplemento, por lo que no está regulado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA)[1]. Por ello, puede ser casi imposible saber qué otros ingredientes activos incluyen los fabricantes. Es importante utilizar sólo el CBD proporcionado por una fuente de confianza.
Mientras que 40 millones de adultos en Estados Unidos se ven afectados por trastornos de ansiedad cada año, sólo el 36,9% busca tratamiento[3]. Del mismo modo, 173 millones de adultos estadounidenses han sufrido al menos un episodio depresivo grave, pero el 35% no recibió tratamiento[4]. Es alarmante que un número importante de pacientes que padecen estos graves trastornos no reciban la ayuda que necesitan.
¿CBD para la ansiedad?
El siguiente estudio pretende evaluar la eficacia del cannabidiol (CBD) para la ansiedad y los trastornos del sueño. Scott Shannon y sus colegas del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Colorado en Denver, Estados Unidos, estudiaron la eficacia del CBD en 72 pacientes con ansiedad o trastornos del sueño. Cuarenta y siete de los pacientes fueron tratados por síntomas de ansiedad, y 25 pacientes recibieron CBD por trastornos del sueño. El CBD demostró una eficacia preliminar para una serie de trastornos físicos y mentales. El CBD ayudó específicamente a reducir las convulsiones importantes y a mejorar la calidad de vida de los pacientes con epilepsia. Además, el CBD también demostró efectos neuroprotectores, antidepresivos y analgésicos en otras enfermedades.
En cuanto al impacto del CBD en el comportamiento del sueño, una dosis de 160 mg condujo a un aumento de la duración del sueño. El beneficio más notable del tratamiento con Para investigar la eficacia del CBD en los trastornos de ansiedad, los pacientes con ansiedad social realizaron una tarea simulada de hablar en público. En este estudio, el CBD (300mg o 600mg) demostró ser eficaz para disminuir los síntomas de ansiedad. Otros estudios lograron efectos ansiolíticos del CBD con una dosis menor de 10mg. En otro estudio, una dosis alta de CBD oral (300-600mg) mostró una disminución significativa de los niveles de cortisol en plasma, pero se acompañó de un efecto sedante en estos pacientes. El CBD es seguro: la administración a largo plazo de CBD en dosis de 10-400mg diarios no creó un efecto tóxico en los pacientes. Además, no hay informes sobre sobredosis letales de CBD y en la literatura se demostró que dosis de hasta 1500mg por día eran bien toleradas. Sin embargo, Scott y sus colegas indican que se puede esperar un efecto terapéutico del CBD incluso a dosis más bajas.
Probé el ACEITE DE CBD durante un año para mi ANSIEDAD
Además, debe haber una cierta perspectiva de mejora de los síntomas a través del cannabis, que se refiere a la sintomatología o al curso de la enfermedad. El cumplimiento de estos requisitos en cada caso queda a criterio del médico. El legislador no nombra ningún cuadro clínico concreto, pero los ámbitos típicos de aplicación son el dolor crónico, los espasmos musculares o la parálisis de las piernas en la esclerosis múltiple, las náuseas y los vómitos como consecuencia de la quimioterapia. Sin embargo, los criterios anteriores pueden aplicarse teóricamente a otros grupos de pacientes, como los que padecen trastornos de ansiedad.
En los últimos años, el interés por los tratamientos alternativos para enfermedades mentales como los trastornos de ansiedad ha aumentado considerablemente. Especialmente el cannabis se convirtió en el centro de atención de los medios de comunicación [1]; el creciente interés en la terapia con cannabis medicinal, especialmente las terapias basadas en el cannabidiol (CBD), podría ser una señal de la voluntad de los pacientes de tratar sus enfermedades como los trastornos de ansiedad con cannabis medicinal. Esto también podría explicarse por el hecho de que algunos pacientes prefieren el cannabis medicinal como alternativa herbaria a los medicamentos convencionales y sustituyen los opioides farmacéuticos, las benzodiacepinas y los antidepresivos, pero también el alcohol, los cigarrillos y las drogas ilícitas por el cannabis [2], de modo que posiblemente se reduzcan las interacciones o los efectos adversos con la terapia de cannabis, por ejemplo, en los trastornos de ansiedad.