Dietas para la ansiedad

Dietas para la ansiedad

Alimentos que reducen la ansiedad

El término ansiedad describe la experiencia de preocupación, aprensión o nerviosismo en asociación con síntomas físicos, cognitivos y conductuales. La ansiedad puede experimentarse ocasionalmente como parte de la vida normal y puede ser adaptativa si aumenta la preparación para situaciones nuevas. Si los síntomas de ansiedad son persistentes, excesivos o interfieren con el funcionamiento, pueden convertirse en patológicos.

El término ansiedad describe la experiencia de preocupación, aprensión o nerviosismo en asociación con síntomas físicos, cognitivos y conductuales. La ansiedad puede experimentarse ocasionalmente como parte de la vida normal y puede ser adaptativa si aumenta la preparación para situaciones nuevas. Si los síntomas de ansiedad son persistentes, excesivos o interfieren en el funcionamiento, pueden convertirse en patológicos [1].

Se han definido varios trastornos de ansiedad. El trastorno de ansiedad generalizada implica una preocupación excesiva en múltiples ámbitos y síntomas físicos asociados que están presentes durante al menos seis meses y que conducen a una angustia clínicamente significativa o a un deterioro del funcionamiento [1]. El trastorno de pánico se caracteriza por ataques de pánico inesperados y recurrentes y por una preocupación persistente de al menos un mes por tener un ataque de pánico posterior o por cambios de comportamiento significativos relacionados con el ataque [2]. La agorafobia implica sentimientos de miedo intenso a situaciones o espacios de los que puede ser difícil escapar o en los que no hay ayuda disponible en caso de pánico u otros síntomas incapacitantes [3]. El trastorno de ansiedad social implica una marcada ansiedad y miedo a una situación social en la que el individuo se expone a un posible escrutinio por parte de los demás [4]. La fobia específica es un miedo excesivo a un objeto o una situación específica [5].

Suplemento para la ansiedad

Desde pequeños nos enseñan que comer bien nos ayuda a tener un mejor aspecto físico y a sentirnos mejor. Lo que no siempre se nos dice es que una buena nutrición también afecta significativamente a nuestra salud mental. Una dieta sana y equilibrada puede ayudarnos a pensar con claridad y a sentirnos más alerta. También puede mejorar la concentración y la capacidad de atención.

  La mejor medicacion para la ansiedad

Por el contrario, una dieta inadecuada puede provocar cansancio, alterar la toma de decisiones y ralentizar el tiempo de reacción. De hecho, una dieta inadecuada puede agravar, e incluso provocar, el estrés y la depresión.

Uno de los mayores perjuicios para la salud es la dependencia de la sociedad de los alimentos procesados. Estos alimentos tienen un alto contenido en harinas y azúcares y entrenan al cerebro para desear más de ellos, en lugar de alimentos ricos en nutrientes como las frutas y las verduras.

Muchos de los alimentos procesados que comemos son altamente adictivos y estimulan los centros de dopamina en nuestro cerebro, que están asociados con el placer y la recompensa. Para dejar de desear alimentos poco saludables, hay que dejar de comerlos. En realidad, se empieza a cambiar la fisiología del cerebro cuando se eliminan de la dieta los azúcares añadidos y los carbohidratos refinados.

Alimentos que hay que evitar para la ansiedad

La dieta es muy importante cuando se trata de la ansiedad. Es muy fácil comer poco o demasiado. Una persona ansiosa puede comer para consolarse o le resulta difícil tragar la comida. Así que veamos cómo puedes ayudarte a ti mismo ajustando lo que comes.

Los carbohidratos son los alimentos perfectos para dar energía, también aumentan la producción de serotonina, también conocida como la hormona de la felicidad. Los ejemplos perfectos de carbohidratos son el pan integral y el arroz/pasta integral.

  Que ayuda a quitar la ansiedad

Los estudios han demostrado que los alimentos que contienen vitamina B pueden levantar nuestro estado de ánimo. Los alimentos ricos en vitamina B son, por ejemplo, la carne de vacuno, de cerdo y de pollo. Las verduras de hoja verde y los cítricos, así como los frutos secos y los huevos. Estos estudios también muestran que los ácidos grasos omega-3 que se encuentran en los pescados grasos como el salmón, el atún, el arenque, la caballa, las anchoas y las sardinas, pueden levantar el ánimo y mejorar el estado de ánimo.

El agua constituye una media de entre el 60 y el 70 por ciento del cuerpo humano, y transporta las hormonas y los nutrientes a sus destinos, por lo que cuando se reduce el consumo de líquidos este procedimiento empieza a ralentizarse, lo que provoca muchas disfunciones corporales.    La presión sanguínea puede descender, lo que puede provocar mareos. Se puede experimentar un ritmo cardíaco más rápido, ya que el corazón trata de aumentar la presión arterial baja.    Con menos agua en el cuerpo, nuestro organismo produce menos jugos digestivos de los que necesitamos para la digestión. Esto puede provocar gases, estreñimiento, pérdida de apetito y náuseas. La orina se vuelve más concentrada, lo que puede provocar infecciones. Sin suficiente agua, el cerebro se resiente. Esto provoca dolores de cabeza y cansancio. Los músculos pueden agarrotarse o sentirse débiles. El agua también regula la temperatura corporal, amortigua las articulaciones y lubrica los ojos. Así que puede ver por qué es realmente importante mantener el cuerpo hidratado todos los días, no sólo durante los meses de verano.

Cómo reducir la ansiedad

A pesar de la abrumadora prevalencia de los trastornos de ansiedad en la sociedad moderna, los medicamentos y la psicoterapia a menudo no logran una resolución completa de los síntomas. Un enfoque complementario a la medicación de los síntomas es abordar las patologías metabólicas subyacentes asociadas a las enfermedades mentales y a la ansiedad. Esto puede lograrse mediante intervenciones nutricionales. En este artículo de perspectivas, destacamos el papel del microbioma y la inflamación como factores que influyen en la ansiedad. Además, analizamos la base de pruebas para seis intervenciones nutricionales específicas: evitar los edulcorantes artificiales y el gluten, incluir ácidos grasos omega-3 y cúrcuma en la dieta, suplementar con vitamina D y dietas cetogénicas. Intentamos integrar las ideas de la literatura científica sobre nutrición para destacar algunas prácticas que los profesionales pueden tener en cuenta a la hora de tratar a pacientes individuales. En particular, este artículo no pretende servir como una revisión exhaustiva de la literatura, sino más bien argumentar nuestra perspectiva de que las intervenciones nutricionales deben ser más ampliamente consideradas entre los psiquiatras clínicos. La psiquiatría nutricional está en sus inicios y se necesita más investigación en este floreciente campo de bajo riesgo y potencialmente de alto rendimiento.

  Superar la ansiedad y el panico
Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.Más información
Privacidad