Ejercicios de respiración para ansiedad
Ejercicios de respiración para el adolescente con ansiedad
Cuando sentimos que los signos de la ansiedad se acumulan en nuestro interior, hay técnicas adaptadas que puedes adoptar y que te ayudarán a normalizar tu respiración. Con el tiempo, estos nueve ejercicios de respiración pueden ayudarte a desarrollar una forma de respirar más saludable, que te aportará toda una serie de beneficios y mejorará tu bienestar. Utilícelos junto con otras técnicas de relajación para ayudar a construir una estrategia a largo plazo para aliviar su ansiedad.
Para practicar la respiración nasal alterna, adopta una posición sentada con una buena postura que abra el pecho. A continuación, tome los dedos índice y corazón de la mano derecha y apóyelos uno junto al otro entre las cejas (puede hacerlo con la mano izquierda si se siente más cómodo).
Al igual que la respiración nasal alterna, la respiración del león es un ejercicio de respiración yóguica (o pranayama) que se realiza principalmente durante una sesión de yoga. Sin embargo, su capacidad para aliviar el estrés hace que sea útil para cualquiera que busque un ejercicio de respiración para calmarse.
Repite el ciclo varias veces para ver los beneficios. Está demostrado que las prácticas de respiración yóguica como la respiración del león funcionan eficazmente como reductoras del estrés. Una investigación realizada con personal sanitario en la India demostró que las prácticas de pranayama reducían los niveles de estrés percibidos.
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Amy Morin, LCSW, es la editora en jefe de Verywell Mind. También es psicoterapeuta, autora del bestseller “13 Things Mentally Strong People Don’t Do” (13 cosas que no hacen las personas mentalmente fuertes) y presentadora del podcast The Verywell Mind.
La respiración es una necesidad de la vida que suele ocurrir sin pensarlo mucho. Al inspirar, las células sanguíneas reciben oxígeno y liberan dióxido de carbono. El dióxido de carbono es un producto de desecho que se devuelve al cuerpo y se exhala.
La forma de inspirar y el modo de hacerlo depende del tipo de ejercicio respiratorio que se utilice. Muchos ejercicios de respiración implican inspirar lentamente por la nariz y exhalar por la boca, pero otros pueden indicarle que inspire y exhale por la nariz.
Ejercicios de respiración para la ansiedad
Puede ser en momentos de gran estrés físico, como dar a luz, cuando les decimos a las mujeres que respiren a través del dolor. O en los momentos de pánico, cuando empezamos a jadear y tratamos de ralentizar y regular nuestra respiración para disminuir la sensación.
La forma de respirar puede ayudarnos a aliviar y controlar los momentos de miedo, estrés y ansiedad. Y al igual que una mascarilla que nos protege de los gérmenes, o un cinturón de seguridad que nos protege de cualquier daño, algo tan sencillo como una técnica de respiración de un minuto puede ayudar a aliviar la sensación de ansiedad.
Tómate un momento para hacer este ejercicio de respiración. Siéntate en una silla cómoda, en un lugar tranquilo. Cierra la boca y respira profundamente por la nariz, luego expulsa el aire por la boca, no tan fuerte como para apagar una vela, pero sí lo suficiente como para oír el aliento salir de tu cuerpo.
Acabas de enviar una señal a tu cerebro para que se calme. Este sencillo ejercicio, que sólo lleva unos segundos, lo practican habitualmente los locutores para estabilizar su voz y reducir el nerviosismo, pero puede funcionar con cualquier persona.
Ejercicios de respiración para el ataque de ansiedad
La respiración es algo que a menudo damos por sentado. Lo hacemos todo el día, todos los días, normalmente sin pararnos a pensar en ello. Pero aunque no necesitamos ser conscientes de cada una de nuestras respiraciones para vivir, hay una buena razón para prestar más atención a la forma en que inhalamos y exhalamos: ¡los niveles de estrés!
Cuando estamos estresados, nuestro sistema nervioso simpático entra en modo de lucha o huida, lo que hace que nuestro corazón bombee e interrumpa nuestro patrón de respiración normal. Nuestra respiración se vuelve rápida, superficial y dificultosa. Aunque esta respuesta puede ser útil ante un peligro inminente, el estrés prolongado puede causar estragos en nuestra salud física y mental. Afortunadamente, la respiración profunda y el control de la respiración pueden combatirlo. Cuando se hace un esfuerzo consciente por ralentizar la respiración, se envía una señal al cerebro de que todo está bien. Al hacerlo, el sistema nervioso simpático se apaga y el sistema parasimpático -conocido como sistema de descanso y digestión- entra en acción, aliviando todas esas respuestas físicas e invitando a una sensación de relajación y calma.