Grados de la ansiedad
¿Qué tipo de ansiedad tengo?
La ansiedad leve es común en la vida cotidiana. En este nivel, es probable que tengas la mente abierta, aunque estresada. Puedes experimentar este nivel de ansiedad mientras esperas una revisión del rendimiento laboral o si te pierdes en una ciudad nueva. Los síntomas pueden incluir inquietud, irritabilidad, sudoración de las palmas de las manos y aumento de los sentidos. La ansiedad leve suele ser motivadora, lo que significa que te ayuda a centrarte en la búsqueda de una solución al reto al que te enfrentas. Por ejemplo, si te pierdes en un lugar nuevo, puedes buscar un lugar seguro para pedir indicaciones. Una vez que te orientas, es probable que tu ansiedad se disipe rápidamente. Esto es típico de la ansiedad leve y situacional.
En un nivel moderado de ansiedad, es probable que te centres exclusivamente en la situación estresante que tienes delante e ignores otras tareas. Digamos que has llevado a un niño al parque y lo pierdes de vista. Es posible que experimentes una aceleración de los latidos del corazón, sequedad de boca, sudoración y dolor de estómago o náuseas. Su discurso puede ser rápido y agudo, y es probable que sus movimientos de manos y brazos sean más exagerados. Son frecuentes los hábitos nerviosos, como morderse las uñas o retorcerse las manos. Es probable que el niño se concentre en el lugar donde se encuentra. Una vez que lo encuentra jugando con otros niños, sus síntomas disminuyen.
Ansiedad moderada – deutsch
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La ansiedad grave se produce cuando las respuestas naturales del cuerpo al estrés superan los niveles saludables e interrumpen su capacidad para funcionar y llevar a cabo las tareas típicas del día a día. Aunque la mayoría de las personas experimentan algo de ansiedad, al igual que con una nueva experiencia o desafío, la ansiedad grave puede ser abrumadora.
Los síntomas de ansiedad grave pueden ser inmediatos, con un corazón acelerado, cambios en la respiración o dolor de cabeza. A largo plazo, o de forma crónica, el trastorno de ansiedad grave puede dar lugar a afecciones como enfermedades cardíacas o problemas gastrointestinales (GI).
Este artículo explica cómo la gravedad y el tipo de reacción de ansiedad pueden variar, dependiendo de la persona y de la situación. Le ayudará a saber más sobre cómo tratar la ansiedad grave y cuándo puede ser necesario un diagnóstico y atención profesional.
Prueba de ansiedad
Los informes clínicos sugieren que la ansiedad es un problema pertinente para los adultos con autismo. Comparamos 34 adultos con autismo con 20 adultos con discapacidad intelectual, utilizando medidas de ansiedad y estrés basadas en informantes. Los grupos se emparejaron por edad, sexo y capacidad intelectual. Los adultos con autismo eran casi tres veces más ansiosos que el grupo de comparación y obtuvieron puntuaciones significativamente más altas en las subescalas de ansiedad de pánico y agorafobia, ansiedad por separación, trastorno obsesivo-compulsivo y trastorno de ansiedad generalizada. En cuanto a las fuentes de estrés, también se encontraron diferencias significativas entre los dos grupos, y se descubrió que el estrés se correlacionaba con niveles altos de ansiedad para el grupo de autismo, en particular la capacidad de afrontar el cambio, la anticipación, los estímulos sensoriales y los acontecimientos desagradables. Es decir, cuanto más ansioso era el individuo con autismo, menos probable era que fuera capaz de hacer frente a estas demandas. Esto tiene importantes implicaciones para los clínicos tanto en términos de evaluación como de tratamiento.
Trastorno de ansiedad
Muchas personas con ansiedad experimentan síntomas de más de un tipo de trastorno de ansiedad, y pueden experimentar también depresión. Es importante buscar apoyo pronto si se experimenta ansiedad. Es posible que los síntomas no desaparezcan por sí solos y, si no se tratan, pueden empezar a dominar su vida.
Una persona siente mucho miedo ante un objeto o una situación concreta y puede hacer todo lo posible por evitarlo, por ejemplo, ponerse una inyección o viajar en avión. Hay muchos tipos diferentes de fobias.
Una persona tiene ataques de pánico, que son sentimientos de ansiedad intensos, abrumadores y a menudo incontrolables, combinados con una serie de síntomas físicos. Una persona que sufre un ataque de pánico puede experimentar dificultad para respirar, dolor en el pecho, mareos y sudoración excesiva. A veces, las personas que sufren un ataque de pánico creen que están sufriendo un ataque al corazón o que están a punto de morir. Si una persona tiene ataques de pánico recurrentes o teme persistentemente tener uno durante más de un mes, se dice que tiene un trastorno de pánico.