Insomnio y ansiedad en la menopausia

Insomnio y ansiedad en la menopausia

Las mejores pastillas para dormir en la menopausia

ResumenAntecedentesInvestigar la relación entre la sudoración por sofocos, la ansiedad, la depresión y la calidad del sueño en mujeres peri y postmenopáusicas. Y también el papel de la ansiedad y la depresión en la mediación de la sudoración de los sofocos y la calidad del sueño.MétodosSe inscribieron 467 mujeres de 40-60 años con problemas de menopausia. La calidad del sueño, los sofocos, la sudoración y los síntomas de ansiedad y depresión se evaluaron cuantitativamente mediante la Escala de Calidad del Sueño de Pittsburgh (PSQI), el Índice de Menopausia de Kupperman, la Escala de Ansiedad y la Escala de Depresión. Se utilizó el análisis de correlación de Spearman y el modelo de efecto mediador para analizar la relación entre los tres.ResultadosLa puntuación del PSQI de 262 pacientes fue superior a 6 (58,2%). Las puntuaciones totales de la calidad del sueño se correlacionaron positivamente con los sofocos, la sudoración y los síntomas de ansiedad y depresión. La ansiedad y la depresión desempeñaron un papel mediador entre los sofocos, la sudoración y la calidad del sueño, donde el efecto mediador de los síntomas de ansiedad representó el 17,86% (p < 0,01) y los síntomas de depresión representaron el 5,36% (p < 0,01).ConclusionesLos sofocos, la sudoración, la ansiedad y la depresión de las mujeres peri/posmenopáusicas son factores de riesgo que afectan a la calidad del sueño. Si se alivian estos factores de riesgo, se puede mejorar la calidad del sueño de las mujeres peri y posmenopáusicas, lo que previene las enfermedades físicas y mentales debidas al insomnio grave a largo plazo.

Remedios naturales para los problemas de sueño en la menopausia

Los años de la transición a la menopausia suelen ser una época en la que se producen otros cambios en la vida de una mujer. Es posible que esté cuidando a sus padres mayores, apoyando a sus hijos a medida que pasan a la edad adulta, asumiendo más responsabilidades en el trabajo y reflexionando sobre su propia trayectoria vital. Si a todo esto le añadimos los síntomas de la menopausia, es posible que tenga problemas para dormir por la noche.

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Algunas mujeres que tienen problemas para dormir pueden utilizar ayudas para el sueño de venta libre, como la melatonina. Otras utilizan medicamentos recetados para ayudarlas a dormir, que pueden ayudar cuando se utilizan durante un corto período de tiempo. Pero no son una cura para los trastornos del sueño, como el insomnio, y no deben utilizarse a largo plazo.

No dormir lo suficiente puede afectar a todos los ámbitos de la vida. La falta de sueño puede hacer que se sienta irritable o deprimido, puede hacer que sea más olvidadizo de lo normal y puede provocar más caídas o accidentes. Y las investigaciones sugieren ahora que el propio despertar del sueño puede desencadenar los sofocos, y no al revés.

Hable con su médico si tiene problemas para dormir. Si estos cambios en su rutina a la hora de acostarse no le ayudan tanto como desearía, puede considerar la terapia cognitiva conductual para el insomnio. Se ha demostrado que este enfoque terapéutico de resolución de problemas ayuda a mejorar el sueño de las mujeres con síntomas de la menopausia. La terapia cognitivo-conductual se puede encontrar a través de una clase o en sesiones individuales. Asegúrese de que su terapia sea guiada por un profesional capacitado con experiencia en el trabajo con mujeres durante su transición menopáusica. Su médico puede recomendarle un terapeuta en su zona.

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Mejorar el sueño durante la menopausia

Los trastornos del sueño, como el insomnio, son muy frecuentes, especialmente en las mujeres después de la menopausia. Según datos de los Institutos Nacionales de la Salud, las alteraciones del sueño varían del 16% al 42% antes de la menopausia, del 39% al 47% durante la perimenopausia y del 35% al 60% después de la menopausia.

El insomnio es un problema médico grave que se define por la dificultad frecuente para conciliar o mantener el sueño y que repercute negativamente en la vida de la persona. Los cambios hormonales en torno a la menopausia pueden provocar problemas de sueño por muchos motivos, como el cambio de las necesidades de sueño, el aumento de la irritabilidad y los sofocos.

Recientemente, los investigadores analizaron los datos dietéticos detallados de más de 50.000 mujeres posmenopáusicas (de 63 años de media) inscritas en el estudio Women’s Health Initiative entre 1994 y 2001. La ingesta de carbohidratos se midió de varias formas: índice glucémico (IG) y carga glucémica (CG), medidas de azúcares añadidos, almidón, carbohidratos totales y fibra dietética, y alimentos específicos que contienen carbohidratos, como cereales integrales, cereales procesados o refinados, frutas enteras, verduras y productos lácteos. A continuación, analizaron el riesgo de cada participante de desarrollar insomnio tras tres años de seguimiento.

Problemas de sueño en la perimenopausia

Dificultades del sueño durante la menopausia y la perimenopausiaTrabajamos con mujeres que tienen dificultades para dormir durante la menopausia o la perimenopausia. Nuestro objetivo es comprender todos los síntomas que experimenta y diseñar un plan de gestión que le permita volver a dormir bien. Le explicaremos las opciones disponibles, que pueden incluir ajustes en el estilo de vida, tratamiento hormonal o terapias psicológicas como la TCC para los sofocos y los sudores nocturnos, y diseñaremos un plan de gestión para ayudarle a conseguir un mejor sueño.Insomnio asociado a la transición menopáusica

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El término menopausia se define como el tiempo que transcurre 12 meses después del último período menstrual de una mujer. La perimenopausia o “transición menopáusica” comienza con los primeros síntomas de la menopausia y termina 12 meses después del último período menstrual.

La perimenopausia está asociada a muchos cambios hormonales, como la reducción de la producción de estrógenos, progesterona y testosterona. Estos cambios hormonales provocan una gran variedad de síntomas, como cambios de temperatura (sofocos y sudores nocturnos), cambios de humor, síntomas vaginales de sequedad e irritación y trastornos del sueño.

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