La ansiedad produce gases

La ansiedad produce gases

Ansiedad que incluye ataques de pánico por eructos

Los trastornos de ansiedad son la clase más común de trastornos psiquiátricos, con una prevalencia a lo largo de la vida en Estados Unidos de alrededor del 32%, según la National Comorbidity Survey Replication (NCS-R) (1). Entre los trastornos de ansiedad, el trastorno de ansiedad social (TAS) y la fobia específica (PE) son los más comunes (1). Según la Organización Mundial de la Salud, hay unos 264 millones de personas en el mundo que padecen trastornos de ansiedad, lo que representa un aumento del 15% desde 2005 (2). La ansiedad puede provocar ausencias en el trabajo y en la escuela y tiene un coste mayor que otros trastornos psiquiátricos debido a su mayor prevalencia (3-5). A pesar de ello, en los últimos 5-10 años se han realizado muchas menos investigaciones sobre nuevos tratamientos farmacológicos para los trastornos de ansiedad en comparación con el número de ensayos farmacológicos experimentales sobre tratamientos para el trastorno depresivo mayor (TDM), el trastorno bipolar y la esquizofrenia (www.clinicaltrials.gov).

Parte de la razón de la relativa escasez de nuevos compuestos farmacológicos puede ser la existencia de medicamentos y psicoterapias eficaces para los trastornos de ansiedad aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), así como la percepción de que los trastornos de ansiedad se manejan adecuadamente con los tratamientos actualmente disponibles. Sin embargo, la bibliografía indica que sólo el 60-85% de los pacientes con trastornos de ansiedad responden (experimentan al menos una mejora del 50%) a los tratamientos biológicos y psicológicos actuales (6). Además, sólo la mitad de los que responden logran recuperarse (definidos como síntomas mínimos de ansiedad) (6). También hay pruebas que sugieren que los pacientes con trastornos de ansiedad, en particular el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) y el TAS (7), tienen altas tasas de recurrencia y/o experimentan síntomas de ansiedad persistentes, especialmente si tienen un TEM comórbido (8). Podría haber varias explicaciones para la posible naturaleza refractaria de estos trastornos, como un diagnóstico erróneo, una mala adherencia al tratamiento, el consumo de sustancias u otras comorbilidades, aunque sugiere que los tratamientos convencionales pueden no ser eficaces para todos los pacientes y que deben desarrollarse farmacoterapias alternativas (9). Desgraciadamente, muchos de los tratamientos que se están investigando actualmente son simples modificaciones de tratamientos ya aprobados.

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Ansiedad y gases en el pecho

Si tiene ansiedad, es probable que experimente una serie de síntomas difíciles. Algunos de los síntomas más comunes son la sensación de tensión, el nerviosismo, los pensamientos acelerados, la creencia en los peores escenarios y la lucha contra los latidos rápidos del corazón.

Algunas personas con ansiedad también tienen síntomas que se manifiestan físicamente, como náuseas y temblores. Otro síntoma físico de la ansiedad (del que no se suele hablar) son los problemas de gases. Aunque pueda parecer extraño, muchas personas experimentan gases (eructos y flatulencias) relacionados con su ansiedad.

La ansiedad no sólo puede causar problemas de gases e hinchazón, sino que los propios problemas de gases pueden dar lugar a otros síntomas que, de hecho, pueden aumentar la ansiedad. Esto puede crear un círculo vicioso de ansiedad y gases. Aunque ser gaseoso no es, por lo general, algo de lo que preocuparse, reconocer la causa de los problemas de gases es importante para aprender a intervenir en el problema.

Diferentes tipos de ansiedad pueden contribuir a diferentes tipos de gases, o al grado en que los gases le afectan. Aunque no haya una forma concreta de señalar la causa exacta de los gases en relación con la ansiedad de cada uno sin pruebas médicas, hay algunos factores comunes que contribuyen.

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La ansiedad te hace tirarte pedos

Los carbohidratos fermentables mal digeridos pueden inducir síntomas del síndrome del intestino irritable (SII) a través de mecanismos poco claros. Realizamos un ensayo aleatorio con análisis de imágenes por resonancia magnética (IRM) para investigar las correlaciones entre los síntomas y los cambios en el contenido del intestino delgado y grueso tras una provocación oral.

Realizamos un estudio cruzado de 3 periodos con 29 pacientes adultos con SII (basado en los criterios de Roma III, con síntomas de dolor o molestias abdominales durante al menos 2 días/semana) y que informaron de hinchazón. Paralelamente, se realizó el mismo estudio en 29 individuos sanos (controles). Los estudios se realizaron en el Reino Unido desde enero de 2013 hasta febrero de 2015. En 3 ocasiones distintas (con al menos 7 días de diferencia), los sujetos recibieron una bebida de 500 ml que contenía 40 g de carbohidratos (glucosa en el primer periodo, fructosa en el segundo e inulina en el tercero, en un orden aleatorio). Se midieron los niveles de hidrógeno en el aliento y se evaluó el contenido intestinal mediante resonancia magnética antes y en varios momentos después del consumo de cada bebida. Los síntomas se determinaron a partir de las respuestas de los sujetos al cuestionario de la Escala de Ansiedad y Depresión del Hospital y al Cuestionario de Salud del Paciente-15. El punto final primario era si los participantes tenían una respuesta sintomática clínicamente importante durante los 300 minutos posteriores al consumo de la bebida.

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¿Puede la ansiedad provocar hinchazón y gases?

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