Meditación para combatir la ansiedad

Meditación para combatir la ansiedad

Gad de meditación

Mi madre empezó a meditar hace décadas, mucho antes de que esta práctica para calmar la mente entrara en la conciencia pública. Le gustaba citar frases de Thich Nhat Hanh, un monje budista zen conocido por su práctica de la meditación consciente, o “conciencia centrada en el presente”.

Aunque la meditación todavía no es exactamente la corriente principal, muchas personas la practican con la esperanza de evitar el estrés y los problemas de salud relacionados con él. La meditación de atención plena, en particular, se ha hecho más popular en los últimos años. La práctica de la meditación consciente consiste en sentarse cómodamente, concentrarse en la respiración y luego llevar la atención de la mente al presente, sin dejar de preocuparse por el pasado o el futuro. (O, como diría mi madre, “no ensayes las tragedias, no te prestes a los problemas”).

Pero, al igual que ocurre con otras terapias alternativas, muchas de las pruebas que apoyan la eficacia de la meditación para promover la salud mental o física no son del todo convincentes. ¿Por qué? En primer lugar, muchos estudios no incluyen un buen tratamiento de control para comparar con la meditación consciente. En segundo lugar, las personas más propensas a participar como voluntarias en un estudio de meditación suelen estar convencidas de los beneficios de la meditación y, por lo tanto, es más probable que informen de los efectos positivos.

Ansiedad por la meditación

Artículo anteriorMeditación para la ansiedadCualquiera que haya estado alguna vez en las garras de la ansiedad sabe lo intensa que puede ser. Según la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales, se calcula que 40 millones de adultos en Estados Unidos padecen algún tipo de trastorno de ansiedad. En todo el mundo, 1 de cada 14 personas está afectada. Así que si nos sentimos como si fuéramos los únicos que se enfrentan a la ansiedad -y sí, así es como puede sentirse el aislamiento-, tenga la seguridad de que ninguno de nosotros está solo.Todos hemos experimentado probablemente la sensación de ansiedad, ya sea mariposas en el estómago, palmas sudorosas, palpitaciones del corazón, dolores de cabeza por tensión, malestar estomacal u opresión en el pecho – todos los acontecimientos naturales cuando la adrenalina está bombeando. Pero hay una diferencia entre la ansiedad cotidiana y la ansiedad clínica.Artículo siguienteMira El agujero en la carretera – 1 minArtículos relacionadosConsultas clave:

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Gestionar la ansiedad mediante la meditaciónEntender la ansiedad es el primer paso para gestionarla. Al conocer su naturaleza errática, podemos obtener un mejor sentido de las situaciones desencadenantes y de cómo opera nuestra ansiedad, y ahí es donde entra la meditación.La ansiedad es un estado cognitivo relacionado con la incapacidad de regular las emociones. Pero las investigaciones demuestran que una práctica constante de la meditación reprograma las vías neuronales del cerebro y, por tanto, mejora nuestra capacidad para regular las emociones.A través de la meditación, nos familiarizamos con los pensamientos y argumentos que inducen a la ansiedad. Aprendemos a verlos, a sentarnos con ellos y a dejarlos ir. Al hacerlo, aprendemos dos cosas importantes: los pensamientos no nos definen y los pensamientos no son reales. Dentro de esta nueva perspectiva, podemos cambiar gradualmente nuestra relación con la ansiedad, diferenciando entre lo que es un episodio irracional y lo que es real.Otro beneficio de esta habilidad es el aprendizaje de la conciencia corporal, que nos enseña a llevar nuestra atención a cualquier sensación física sentida en el momento. Esta técnica consiste en explorar mentalmente el cuerpo, centímetro a centímetro, lo que nos hace estar más atentos a lo que se experimenta físicamente. Al explorar estas sensaciones, nos sentamos con nuestros sentidos del mismo modo que nos sentamos con nuestros pensamientos. Esta técnica puede proporcionar un lugar seguro al que se puede acceder repetidamente cada vez que la ansiedad empiece a aparecer.

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Muchos métodos de meditación tienen sus raíces en la filosofía budista. Cuando se piensa en la meditación, probablemente se evocan imágenes de una sala llena de personas sentadas con las piernas cruzadas y cantando la misma palabra repetidamente. La meditación trascendental (MT) es una forma de meditación que tiene como objetivo ayudarle a entrar en un estado profundo de relajación o en un estado de alerta reposada utilizando un simple mantra.

Presentado por la redactora jefe y terapeuta Amy Morin, LCSW, este episodio del podcast The Verywell Mind, con el presentador de ‘Good Morning America’ Dan Harris, comparte un rápido proceso paso a paso para que los principiantes prueben la meditación. Haz clic abajo para escucharlo ahora.

Los conceptos de meditación y atención plena son muy similares. Mientras que la meditación suele implicar el intento de entrar en un estado de conciencia diferente, la atención plena significa tomar conciencia del momento presente. De este modo, se puede considerar la atención plena como un paso en el camino hacia la meditación. Ambas prácticas pueden ser útiles para reducir la ansiedad porque permiten reducir la preocupación y ser consciente sin tener miedo.

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Para qué sirve la meditación

Durante unos 20 años, he luchado con periodos de ansiedad y he recurrido a la meditación de atención plena como medio para sofocar esos sentimientos. En el mejor de los casos, los beneficios solían coincidir perfectamente con la exageración. Centrar mi atención en la respiración o en mi cuerpo calmaba mi molesta voz interna y volvía a la vida normal sintiéndome lleno de energía y vigor.

Sin embargo, con demasiada frecuencia terminaba la sesión sintiéndome mucho peor que al principio. En lugar de relajarme, mi corazón empezaba a acelerarse, o mi monólogo interior daba un giro desagradable, mientras recuerdos desagradables y sentimientos de fracaso y desesperanza inundaban mi mente. Estos sucesos se volvieron tan frecuentes que ahora sólo utilizo el mindfulness ocasionalmente.

Había asumido que simplemente era mala para dominar mis pensamientos. Sin embargo, cada vez más investigaciones sugieren que estas historias pueden ser sorprendentemente comunes, y un estudio de 2019 muestra que al menos el 25% de los meditadores regulares han experimentado eventos adversos, desde ataques de pánico y depresión hasta una inquietante sensación de “disociación”.

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