Respiracion para la ansiedad

Respiracion para la ansiedad

Técnicas de respiración para dormir

En su nuevo libro Breath: The New Science of a Lost Art (La nueva ciencia de un arte perdido), el periodista James Nestor sostiene que los humanos modernos se han vuelto bastante malos en este acto tan básico de la vida. Respiramos por la boca y hacia el pecho, y lo hacemos demasiado rápido. Existe incluso un fenómeno llamado “apnea del correo electrónico”, en el que los oficinistas que realizan múltiples tareas respiran de forma irregular y superficial, o incluso contienen la respiración, durante medio minuto o más mientras están pegados a sus dispositivos.

Además de todos los preocupantes problemas de salud que esto puede causar -detallados con precisión en el libro de Nestor-, nuestra ineptitud para respirar puede tener otra gran consecuencia: contribuir a nuestra ansiedad y otros problemas de salud mental.

Investigadores como Epel están explorando esta cuestión utilizando técnicas de respiración -algunas nuevas, otras antiguas- para ayudar a las personas nerviosas a evitar la ansiedad. Lo que están descubriendo es que la respiración, algo que hacemos todo el tiempo, podría ser una clave ignorada para encontrar más calma y paz.

Pero la respiración ofrece un enfoque diferente, que evita las complejidades de la mente y se dirige directamente al cuerpo. En lugar de intentar pensar que no se siente ansiedad, se puede hacer algo concreto -respirar lenta o rápidamente, a un ritmo determinado o a través de una fosa nasal- y a veces encontrar un alivio inmediato.

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Respiración calmada

La respiración lenta puede aliviar la ansiedad y evitar que se produzca un ataque de pánico si se hace en cuanto se nota que se respira en exceso o que se está ansioso. A las personas con fobia social y pánico se les aconseja ralentizar la respiración antes de afrontar una situación temida o en cualquier momento en que se sientan ansiosos.

Cuando aprendas este ejercicio de respiración por primera vez, te resultará más fácil practicarlo tumbado sobre la espalda, con las rodillas dobladas y los pies apoyados en el suelo y separados unos 20 centímetros. Coloca una mano en el pecho y otra en el abdomen.

Cuando sientas que dominas la técnica tumbado, empieza a practicar la respiración lenta sentado o de pie. Entonces podrás hacer la respiración lenta para relajarte dondequiera que estés en público.

Realiza esta respiración profunda durante 20 minutos al día y en cualquier momento en que sientas que te vuelves ansioso. Dependiendo de tus compromisos, puede que tengas que dividir tus 20 minutos durante el día en 4 segmentos de relajación de 5 minutos o en 2 segmentos de relajación de 10 minutos.

Dificultad para respirar ansiedad

El término “lucha o huida” también se conoce como la respuesta al estrés. Es lo que hace el cuerpo cuando se prepara para afrontar o evitar el peligro. Cuando se invoca adecuadamente, la respuesta al estrés nos ayuda a superar muchos retos. Pero los problemas comienzan cuando esta respuesta es provocada constantemente por acontecimientos cotidianos menos trascendentales, como los problemas de dinero, los atascos, las preocupaciones laborales o los problemas de pareja.

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La respiración profunda también recibe los nombres de respiración diafragmática, respiración abdominal, respiración del vientre y respiración acompasada. Cuando se respira profundamente, el aire que entra por la nariz llena completamente los pulmones y la parte baja del vientre se eleva.

Para muchos de nosotros, la respiración profunda parece poco natural. Hay varias razones para ello. Por un lado, la imagen corporal tiene un impacto negativo en la respiración en nuestra cultura. Un vientre plano se considera atractivo, por lo que las mujeres (y los hombres) tienden a contener los músculos del estómago. Esto interfiere en la respiración profunda y hace que la “respiración torácica” superficial parezca normal, lo que aumenta la tensión y la ansiedad.

Respiración diafragmática

“Cuando estás estresado o ansioso, tu respiración tiende a ser irregular y superficial”, dice Kristoffer Rhoads, un neuropsicólogo clínico que trata a los pacientes en el UW Medicine Memory & Brain Wellness Center en el Harborview Medical Center. “La cavidad torácica sólo puede expandirse y contraerse hasta cierto punto, lo que dificulta la entrada de más aire”.

La respiración profunda (a veces llamada respiración diafragmática) es una práctica que permite que fluya más aire en el cuerpo y puede ayudar a calmar los nervios, reduciendo el estrés y la ansiedad. También puede ayudarte a mejorar tu capacidad de atención y a reducir los niveles de dolor.

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La respiración no sólo forma parte de la respuesta al estrés de tu cuerpo, sino que es la clave para ello. De hecho, puedes inducir un estado de ansiedad o pánico en alguien simplemente haciéndole respirar de forma superficial y corta desde el pecho, dice Rhoads.  (Probablemente hayas oído hablar de esto como hiperventilación).

Esto significa que la respiración profunda intencionada puede calmar físicamente tu cuerpo si te sientes estresado o ansioso.  Puede ser útil para hacer frente a la ansiedad cotidiana, así como a problemas más generalizados, como el trastorno de ansiedad generalizada.

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