Tension ocular por ansiedad

Tension ocular por ansiedad

Ojo con el estrés

El Grupo de Investigación sobre Estrés y Salud, ha investigado si el sistema ocular, regulado por los mismos mecanismos neuronales que las arterias, sufre también el fenómeno conocido como hipertensión de bata blanca en su presión intraocular.

Probablemente usted tenga en casa un tensiómetro, un aparato que puede comprar por poco dinero en una farmacia, y que le permite hacer una medición precisa de la presión arterial. La difusión de este aparato no sólo se debe a su practicidad, sino también a un fenómeno de importancia clínica denominado hipertensión de bata blanca, que consiste en una elevación de la presión arterial por encima de los valores normales sólo cuando la mide el personal sanitario en el hospital, pero no en la vida cotidiana. Thomas Pickering, que acuñó el término, descubrió que la presión arterial es más alta cuando la toma un médico que cuando la toma una enfermera, y que se trata de una respuesta benigna y transitoria al estrés. Una persona con hipertensión de bata blanca podría ser diagnosticada erróneamente como hipertensa, lo que conlleva problemas como los efectos secundarios de la medicación, el coste económico, etc. Evitar estos falsos positivos explica que los protocolos clínicos actuales recomienden hacer mediciones en casa y en el hospital, y compararlas.

Ansiedad por las moscas volantes en los ojos

Los problemas oculares y los síntomas de ansiedad visual pueden aparecer y desaparecer raramente, ocurrir con frecuencia o persistir indefinidamente. Por ejemplo, puede tener problemas oculares y síntomas de visión de vez en cuando y no tan a menudo, tenerlos de forma intermitente o tenerlos todo el tiempo.

Para ver si la ansiedad puede estar desempeñando un papel en sus síntomas de ansiedad, califique su nivel de ansiedad utilizando nuestro Test de Ansiedad, Test de Trastornos de Ansiedad o Test de Hiperestimulación, gratuitos y de un minuto de duración.

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El ojo es un órgano complejo que, junto con el sistema nervioso (que incluye el cerebro), contiene una gran cantidad de células nerviosas. Las células nerviosas (neuronas) son células especializadas que se comunican entre sí transmitiendo la información de los impulsos nerviosos (señales eléctricas) de un lado a otro mediante un proceso electroquímico (la combinación de electricidad y química)[1][2].

Las neuronas envían y reciben información de impulsos nerviosos hacia y desde el cerebro. Por ejemplo, la información visual se recibe en el ojo y se transmite por el nervio óptico a través de las neuronas hasta la zona de la corteza visual primaria del cerebro. El cerebro interpreta esta información y forma una imagen visual que “vemos” en nuestra mente[3][4].

Síntomas de la presión ocular alta

La pandemia de coronavirus ha tenido un impacto significativo en la salud mental de toda la población y de quienes participan en la atención primaria.1 La pandemia global ha provocado un aumento de la angustia psicológica en todo el mundo durante los últimos dos años, y el aislamiento físico y el miedo a la infección han contribuido a la exacerbación de los trastornos de salud mental.2 Se estima que la pandemia ha aumentado la prevalencia de los problemas de salud mental en un 6% a nivel mundial, con un mayor riesgo de suicidio, consumo de alcohol y trastorno depresivo mayor diagnosticado.1

El objetivo principal de esta revisión es proporcionar una actualización de los efectos secundarios comunes de los medicamentos psicotrópicos cuyo uso ha aumentado en consonancia con la mayor prevalencia de los trastornos de salud mental.3 La última revisión exhaustiva sobre los efectos secundarios oculares de los medicamentos psicotrópicos se publicó en 2010.4 Desde entonces, los inhibidores de la monoaminooxidasa y los antidepresivos tricíclicos se utilizan con menos frecuencia, y las bombas de recaptación de serotonina (5-hidroxitriptamina) y norepinefrina selectivas o no selectivas se prescriben con más frecuencia para los trastornos asociados a la depresión, la ansiedad y el estrés.5 A menudo, estas afecciones forman una asociación comórbida y pueden requerir una combinación de terapias durante períodos prolongados para controlar los síntomas, lo que da lugar a un mayor riesgo de efectos secundarios oculares y sistémicos.6 Los tratamientos psicotrópicos también pueden utilizarse en afecciones como la esquizofrenia, el trastorno bipolar, el trastorno del espectro autista y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, y estas personas también pueden experimentar efectos secundarios oculares de los medicamentos destinados a controlar sus problemas de salud mental asociados.7-10

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Ansiedad por la tensión ocular

Aunque el estrés no siempre es malo, puede tener un impacto físico en el cuerpo. El estrés influye en varios problemas, como las afecciones de la piel, los dolores de cabeza, los problemas cardíacos y la hipertensión. Sin embargo, la relación entre el estrés y los ojos, en particular la presión ocular, no se conoce del todo.

El estrés crónico no es un factor de riesgo conocido para el glaucoma primario de ángulo abierto o gran angular. Este es el tipo más común de glaucoma, causado por una obstrucción en el sistema de drenaje del ojo, que crea un lento aumento de la presión intraocular.

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Sin embargo, el estrés puede desencadenar un ataque de glaucoma agudo de ángulo cerrado. A diferencia del glaucoma de ángulo abierto, el glaucoma de ángulo cerrado es una emergencia médica que se caracteriza por síntomas como dolor repentino y visión borrosa.

Algunos estudios han sugerido que el estrés psicológico puede aumentar la presión ocular. No se conoce la relación, aunque puede ser que ciertas hormonas y sustancias químicas liberadas en momentos de estrés puedan afectar a los receptores del ojo.

Es lógico, pues, que la reducción del estrés pueda ser útil para el tratamiento del glaucoma. Un estudio examinó la PIO en pacientes con glaucoma primario de ángulo abierto antes y después de participar en sesiones diarias de meditación de 60 minutos durante 21 días. Descubrió que “el 75 por ciento de los pacientes que practicaron la meditación tuvieron un descenso de más del 25 por ciento en la presión ocular”. Un segundo grupo, que no meditó, no experimentó ningún cambio significativo en la PIO.

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