Teorias de la ansiedad

Teorias de la ansiedad

Teorías conductuales de los trastornos de ansiedad

Una de las principales teorías sobre la ansiedad social afirma que la ansiedad social está relacionada con la sobreestimación de los aspectos negativos de las interacciones sociales y la subestimación de los aspectos positivos. Los individuos con ansiedad social tienden a sobreestimar la amenaza de las interacciones sociales, la probabilidad de resultados negativos y las consecuencias de los mismos. Los individuos con ansiedad social también tienden a subestimar su capacidad para manejar las interacciones sociales. Un tratamiento popular para la ansiedad social se centra en estos patrones de pensamiento, y también anima a las personas con ansiedad social a practicar la participación en las interacciones sociales.

Una de las teorías sobre la ansiedad social es que los patrones de pensamiento y las creencias desempeñan un papel importante en la ansiedad social, por lo que centrarse en estos pensamientos y creencias puede ser una forma útil de tratarla. Estos patrones de pensamiento tienden a llevarles a evitar las interacciones sociales.

En los entornos sociales, los individuos con ansiedad social suelen utilizar estrategias para evitar resultados negativos. Estas estrategias se utilizan para evitar los malos resultados, pero a menudo se interponen en el camino de tener un buen resultado. Por ejemplo, para evitar decir algo estúpido en un grupo grande, alguien con ansiedad social podría no hablar en absoluto. De este modo, conseguiría no decir nada que los demás percibieran como estúpido, pero también perdería la oportunidad de tener una interacción positiva.

Teorías psicológicas de los trastornos de ansiedad

Las teorías del desarrollo de la ansiedad sugieren que la aceptación, el control y el modelado de las conductas ansiosas por parte de los padres están asociados a las manifestaciones de ansiedad de los niños. Este artículo revisa las investigaciones publicadas en la última década sobre la relación entre la crianza y la ansiedad infantil. El control paterno observado durante las interacciones entre padres e hijos se relacionó de forma consistente con la timidez y los trastornos de ansiedad infantil en todos los estudios. En los estudios observacionales se encontró un apoyo mixto al papel de la aceptación y el modelado de los padres de las conductas ansiosas. Sin embargo, hubo pocas pruebas que apoyaran la afirmación de que el estilo de crianza autodeclarado estaba relacionado con el rasgo de ansiedad de los niños. Debido a las limitaciones asociadas a las investigaciones anteriores, no se pueden hacer inferencias sobre la dirección de los efectos que vinculan la crianza y la ansiedad infantil. Se presenta un marco conceptual basado en modelos recientes de desarrollo de la ansiedad (p. ej., Vasey y Dadds, 2001) para ayudar a interpretar los resultados de las investigaciones existentes y proporcionar sugerencias para futuras investigaciones y desarrollo de teorías. Se proponen diseños metodológicos mejorados, incluyendo el uso de medidas repetidas y diseños experimentales para examinar la dirección de los efectos.

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Teoría fisiológica de la ansiedad

En el trastorno de ansiedad, la alteración del procesamiento de la información que subyace a la vulnerabilidad a la ansiedad y al mantenimiento de la misma puede considerarse como una preocupación o “fijación” en el concepto de peligro, y una subestimación asociada de la capacidad personal para afrontarlo (Beck, Emery y Greenberg, 1985). El tema del peligro en la ansiedad es evidente en el contenido de los esquemas ansiosos (es decir, las suposiciones y creencias) y el contenido de los pensamientos automáticos negativos. El predominio de los pensamientos relacionados con el peligro en el flujo de conciencia de los pacientes con ansiedad (p. ej., Beck, Laude y Bohnert, 1974a; Hibbert, 1984; Rachman, Lopatka y Levitt, 1988), contrasta con los temas de pérdida y autodesvalorización en los pensamientos automáticos negativos depresivos (p. ej., Beck, Rush, Shaw y Emery, 1979; Beck, 1987), y es la base de la hipótesis de especificidad de contenido en la que la ansiedad y la depresión se distinguen en términos de contenido de pensamiento.

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La sobreestimación del peligro y la infravaloración de la capacidad para afrontar situaciones en el trastorno de ansiedad refleja la activación de los esquemas de peligro subyacentes: El lugar del trastorno en los estados de ansiedad no está en el sistema afectivo, sino en los esquemas cognitivos hipervalentes relacionados con el peligro, que presentan continuamente una visión de la realidad como peligrosa y del yo como vulnerable” (Beck, 1985, p. 192). Una vez que se activan las valoraciones de peligro, una serie de círculos viciosos mantienen la ansiedad. Algunos síntomas de ansiedad pueden suponer una amenaza en sí mismos. Por ejemplo, pueden perjudicar el rendimiento o ser interpretados como un signo de trastorno físico o mental grave. Estos efectos aumentan la sensación subjetiva de vulnerabilidad, y a medida que aumentan las valoraciones de peligro también lo hacen las respuestas de ansiedad primarias, que a su vez contribuyen a las respuestas y valoraciones desfavorables, y así sucesivamente.

Teorías de la ansiedad ppt

Cuando la terapia de conducta se aplicó por primera vez a lo que ahora se denominaría un trastorno de ansiedad, un modelo teórico simplista guiaba el tratamiento de una fobia simple. El tiempo y la investigación han demostrado que las técnicas de la terapia de conducta han tenido más éxito que sus modelos han sido explicativos. Sin embargo, los avances han sido sustanciales en ambos ámbitos, como se pone de manifiesto en el siguiente volumen. En 1980 se catalogó un inventario de este progreso en un taller patrocinado por el NIMH. Lo que tanto ese taller como este volumen muestran claramente es que el investigador de la terapia conductual ya no tiene que sufrir el epíteto de “excesivamente simplista”. Uno de los principales puntos fuertes de este volumen es la elucidación de las complejidades que ahora conlleva el estudio de los trastornos de ansiedad, especialmente desde el punto de vista conductual. En ocasiones, el investigador parece estar casi enterrado en un alud de complejidades en relación con este tema. El propio concepto de ansiedad ha sufrido una diferenciación a un nivel de complejidad que plantea problemas tanto para la conceptualización como para el tratamiento de los trastornos de ansiedad. Prácticamente con una sola voz, los diversos autores de este volumen defienden la naturaleza multidimensional de la ansiedad. La visión de “bulto” de la ansiedad ha dado paso a la visión de tres canales de la ansiedad. El futuro de la carrera de un investigador bien podría estar asegurado con sólo dedicar tiempo a descifrar el significado de las escasas intercorrelaciones entre los canales.

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