Vivir con ansiedad crónica
Ansiedad crónica deutsch
Tener sentimientos ocasionales de ansiedad es una parte normal de la vida, pero las personas con trastornos de ansiedad experimentan ansiedad, miedo, terror y pánico frecuentes y excesivos en situaciones cotidianas. Estos sentimientos no son saludables si afectan a su calidad de vida y le impiden funcionar con normalidad.
Si la ansiedad afecta a su vida y a sus relaciones, debe acudir a su médico. Su proveedor puede ayudarle a descartar cualquier problema de salud física subyacente antes de acudir a un profesional de la salud mental.
Es posible que sus preocupaciones no desaparezcan por sí solas y que empeoren con el tiempo si no busca ayuda. Acuda a su médico o a un profesional de la salud mental antes de que su ansiedad empeore. Es más fácil de tratar si buscas ayuda a tiempo.
Alivio instantáneo de la ansiedad
Se puede diagnosticar un trastorno de pánico si los ataques de pánico son frecuentes y si existe un miedo fuerte y persistente a que se produzca otro ataque. Los trastornos de ansiedad pueden tener efectos graves Un trastorno de ansiedad puede provocar aislamiento social y depresión clínica, y puede mermar la capacidad de una persona para trabajar, estudiar y realizar actividades rutinarias. También puede perjudicar las relaciones con los amigos, la familia y los compañeros. Es frecuente que la depresión y la ansiedad se den al mismo tiempo. La depresión puede ser una enfermedad grave con un alto riesgo de autolesión y suicidio. La recuperación es posible con tratamiento La recuperación de un trastorno de ansiedad es posible con el tratamiento y el apoyo adecuados. Los tratamientos eficaces para los trastornos de ansiedad pueden incluir: Dónde obtener ayuda
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Trastorno de ansiedad generalizada
Todo el mundo se ha sentido nervioso o preocupado alguna vez. Puede que tengas una entrevista de trabajo importante o preocupaciones económicas. Es normal sentirse ansioso. Pero para algunos, la ansiedad está siempre presente. Está rondando, incluso en los mejores días. Si tiene la suerte de no estar aquejado por estos síntomas, es probable que conozca a alguien que sí lo esté. Los trastornos de ansiedad son la enfermedad mental más común en EE.UU. y afectan a 40 millones de adultos.
La ansiedad es una preocupación o un miedo incontrolado. A menudo pensamos en la ansiedad como una enfermedad. Pero es importante recordar que la ansiedad es una emoción natural. Los niveles elevados de ansiedad que empiezan a afectar al funcionamiento de una persona se clasifican de forma diferente. Se consideran trastornos basados en la ansiedad.
Pueden sentirse ansiosos por una serie de temas diferentes o por un factor de estrés específico. Otros indicadores comunes son los miedos o fobias irracionales, los ataques de pánico y los problemas digestivos. Los individuos también pueden recurrir al consumo de drogas o alcohol. Éstas pueden utilizarse como medio de automedicación.
Cuando un ser querido se siente ansioso, puede ser difícil entender por qué se siente así. Pero no es necesario entender la forma en que se siente otra persona para respetarla. Céntrate en la validación y en los comentarios esperanzadores. Prueba a decir “He oído que te sientes muy asustado” o “Tengo fe en que superarás este periodo difícil”. Evita los comentarios que pongan en duda los sentimientos de la persona. No digas: “Deja de preocuparte. Todo saldrá bien” o “No entiendo por qué estás tan alterado”. Make It OK ofrece un lenguaje útil para hablar a las personas con enfermedades mentales de forma respetuosa.
Combatir la ansiedad
A medida que maduraba en mi adolescencia, con el creciente peso de la ansiedad descansando incómodamente sobre mi pecho, mi capacidad de hablar parpadeaba como una débil llama. Como una pitón asegurando a su presa: con cada intento que hacía para liberarme, el agarre se hacía más fuerte.
Necesitaba liberarme de este agarre de vicio. El problema al que me enfrentaba con mi perpetrador invisible era que sabía muy poco sobre sus debilidades, y estaba convencida de que nadie más lo sabía tampoco.
Cuando estás aislado y vives dentro de las limitaciones de tu propia mente, es difícil ver alguna forma de salir de esta prisión. Hay una nube oscura residente aparcada justo delante de tus ojos que ensombrece cualquier atisbo de esperanza.
Empecé a alejarme de los más cercanos a mí. Tenía miedo de herir a otras personas con acciones que estaban fuera de mi control. Decidí alejar de mí al mayor número posible de personas. Fue brutal para mí porque no podía justificar por qué actuaba así ante las personas que más merecían saberlo.
Después de cinco años de vivir en un dolor insoportable, el día que cumplí 19 años decidí enfrentarme a esto de frente. Tuve una epifanía sobre mi sufrimiento; tengo la fuerza para soportar este nivel de dolor cada día, desde que me despierto hasta que me acuesto. ¿Y si pudiera redirigir esa fuerza y concentrar esa energía en mi recuperación?