Ataque de panico o ataque de ansiedad
Cómo calmar un ataque de ansiedad
Aunque los ataques de pánico y las crisis de ansiedad comparten ciertamente una serie de síntomas, también hay algunas características clave que los hacen distintos entre sí. En resumen, las principales diferencias entre los ataques de pánico y los ataques de ansiedad están relacionadas con dos áreas clave:
El término “ataque de ansiedad” no está reconocido formalmente como un diagnóstico de salud mental, aunque se reconoce ampliamente que la ansiedad es un síntoma común de muchos trastornos psiquiátricos y un componente central de los trastornos de ansiedad como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y las fobias.
La ansiedad suele producirse en respuesta a una situación que se siente amenazante o estresante. Tiende a acumularse durante un tiempo, y los síntomas a veces persisten durante meses. La ansiedad puede ser de leve a grave; algunas personas se caracterizan por tener una “ansiedad funcional alta”, lo que significa que tienden a sentirse ansiosas la mayor parte del tiempo, pero siguen siendo capaces de llevar a cabo su vida cotidiana con bastante eficacia.
Qué causa los ataques de pánico
El término “ataque de ansiedad” tiene distintos significados para cada persona. A menudo, se utiliza indistintamente con el de ataques de pánico. Sin embargo, los ataques de pánico y los ataques de ansiedad son condiciones diferentes a pesar de compartir similitudes, y es útil entender las diferencias entre ambos.
Los ataques de pánico, por otra parte, están reconocidos en el DSM-5 y se clasifican como esperados o inesperados. Los ataques de pánico se producen de forma abrupta y espontánea, y los individuos suelen referir un periodo discreto de miedo o malestar intenso, que suele alcanzar su punto álgido en 10 minutos.
Los ataques de pánico inesperados se definen como aquellos que no tienen desencadenantes obvios, ya sean estímulos internos o externos. Un ejemplo sería la descripción de tener un ataque que surge “de la nada”
Los ataques de pánico situacionales se definen como aquellos que se producen inmediatamente después de la exposición a un desencadenante o en previsión del mismo. Un ejemplo podría ser el de una persona con fobia social que experimenta ataques de pánico ante la idea o el acto de hablar en público. Otro ejemplo es el de las fobias específicas, en las que el individuo, al entrar en contacto o pensar en la señal temida, puede experimentar un ataque de pánico.
Prueba de ataque de pánico vs. ataque de ansiedad
Todos hemos sentido ansiedad, el nerviosismo antes de una cita, un examen, una competición o una presentación, pero ¿qué es exactamente? La ansiedad es la forma que tiene nuestro cuerpo de prepararse para afrontar un reto. Nuestro corazón bombea más sangre y oxígeno para que estemos preparados para la acción. Estamos alerta y realizamos las tareas físicas y emocionales con mayor eficacia. (Véase también Ansiedad ante los exámenes para obtener consejos sobre cómo afrontarlos).
Es normal sentirse ansioso cuando nuestra seguridad, salud o felicidad se ven amenazadas; sin embargo, a veces la ansiedad puede llegar a ser abrumadora y perturbadora e incluso puede ocurrir sin ninguna razón identificable. Los ataques de preocupación excesivos y duraderos pueden reflejar un trastorno de ansiedad.
Cualquier persona puede experimentar estos síntomas en momentos de estrés. Sin embargo, los individuos con trastornos de ansiedad pueden experimentarlos en ausencia de estrés, con síntomas más graves y/o con varios síntomas que aparecen juntos.
El Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) se caracteriza por una preocupación y tensión crónicas y exageradas, mucho más que la ansiedad típica que la mayoría de la gente experimenta en su vida diaria. Las personas pueden presentar temblores, espasmos, tensión muscular, náuseas, irritabilidad, falta de concentración, depresión, fatiga, dolores de cabeza, mareos, falta de aire o sofocos.
Síntomas de ataque de pánico en adultos
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Es posible que oiga utilizar indistintamente los términos “ataque de ansiedad” y “ataque de pánico”. Esto es comprensible, dado que comparten algunos síntomas comunes. Sin embargo, los profesionales de la salud conductual utilizan estos términos para referirse a síntomas y trastornos específicos, y tienen características diferentes.
Un ataque de pánico se caracteriza por una oleada abrupta de miedo o malestar intenso acompañada de otros síntomas físicos y mentales. Los ataques de pánico son episódicos y suelen alcanzar su punto álgido en minutos u horas.
La ansiedad, por su parte, forma parte de las respuestas emocionales y de protección que el cuerpo humano tiene programadas. Se convierte en un problema cuando es prolongada, excesiva y perturbadora de la vida cotidiana, en cuyo caso se denomina trastorno de ansiedad. Aunque los síntomas intensos de ansiedad pueden parecer un ataque, el “ataque de ansiedad” no es un diagnóstico reconocido.