Pensamientos para calmar la ansiedad
Síntomas de la mente ansiosa
La preocupación excesiva, sin embargo, puede causar una gran angustia e interferir en su productividad. Preocuparse por una presentación que vas a dar la semana que viene puede dificultar tu concentración. O la preocupación constante por un problema de salud puede interferir en tu sueño, lo que podría complicar aún más tus problemas de salud.
Decirse a sí mismo: “No pienses en ello”, es probable que sea contraproducente. El popular “experimento del oso blanco” de 1987 puso de manifiesto ese efecto paradójico. Cuando se dijo a los participantes que evitaran pensar en “osos blancos”, informaron de un aumento de las imágenes de osos blancos que aparecían en sus mentes.
Los sentimientos de ansiedad pueden llevar a predicciones catastróficas. Imaginar que una mala nota arruinará todo tu futuro, o que un pequeño error hará que te quedes sin hogar y en la indigencia, alimentará tus sentimientos de ansiedad. Sustituye tus pensamientos exageradamente negativos por afirmaciones más realistas. Cuando pienses algo como: “Me voy a tropezar con mis palabras y pareceré un completo idiota”, recuérdate a ti mismo: “Tengo cosas valiosas que comunicar y si me equivoco, no será un gran problema”.
Frases para calmar la ansiedad
Los pensamientos persistentes y negativos son uno de los signos más comunes de un trastorno de ansiedad. La ansiedad hace que sea casi imposible dejar de concentrarse en cosas en las que no se quiere pensar. Estos pensamientos rara vez son positivos, a menudo están relacionados con sus miedos o emociones angustiosas y, en muchos casos, la existencia del pensamiento provoca más ansiedad y a menudo conduce a más obsesiones.
Los pensamientos obsesivos son el sello distintivo del trastorno obsesivo compulsivo, pero hay tipos de pensamientos “obsesivos” que están presentes en una variedad de trastornos de ansiedad que no necesariamente causarán un diagnóstico de TOC. A continuación, veremos ejemplos de estos pensamientos obsesivos y cómo los afectan.
La idea de “obsesión” es que no puedes concentrarte en otra cosa que no sea un tema específico (o unos pocos temas) y, por más que lo intentes, no puedes distraerte. Muchas personas que no padecen trastornos de ansiedad siguen experimentando este tipo de pensamientos. Por ejemplo, tu primer enamoramiento en la escuela secundaria puede haber provocado pensamientos obsesivos en ese momento, si su afecto era lo único en lo que podías pensar.
Palabras tranquilizadoras para el estrés
La ansiedad es un conjunto de síntomas y sentimientos que todo el mundo experimenta de vez en cuando. La sensación de tensión, nerviosismo y aprensión es la respuesta de nuestro cuerpo a una amenaza percibida, y puede darse en cualquier situación, desde una discusión con los seres queridos hasta la preocupación por una entrevista de trabajo.
Cuando la ansiedad aumenta en nuestro cuerpo, la idea de calmarse puede parecer casi imposible. Nuestras emociones pueden parecer fuera de control, pero existen técnicas que se pueden aprender, practicar y utilizar para aliviar la ansiedad de forma instantánea y en el momento, ayudándonos a mantener la calma en situaciones de estrés.
Puede parecer contradictorio, pero a veces lo mejor que podemos hacer es aceptar lo que sentimos y dejar que siga su curso. Los sentimientos de ansiedad son normales y naturales; al aceptar lo que nos ocurre, en algún momento ayudamos a que nuestra ansiedad avance más rápido de lo que lo haría si lucháramos contra ella.
Además, si cada vez que estás ansioso o estresado tratas de evitar estos sentimientos, siempre tendrás miedo de que la ansiedad te sorprenda, lo que a menudo puede conducir a un ataque de pánico más intenso. Aprender a aceptar la realidad de lo que sentimos puede ser un primer paso positivo para afrontar la ansiedad.
Cómo calmar una mente ansiosa por la noche
Todos tenemos pensamientos negativos alguna vez, pero cuando pasan por tu mente una y otra vez, pueden causar problemas y ser una señal de que tienes un problema más fundamental para el que necesitas buscar ayuda. Los pensamientos negativos recurrentes pueden ser un síntoma tanto de ansiedad como de trastornos depresivos.
La preocupación se define como el hecho de tener pensamientos recurrentes que crean aprensión en tu interior y una expectativa de que seguramente ocurrirá algo negativo en el futuro. La preocupación es una preocupación por el futuro. Puede que te preocupes por lo que ocurrirá la próxima vez que veas a esa persona con la que estás interesado en salir. O puede que se preocupe por si la falta de aire que experimenta es o no un signo de enfermedad cardíaca. Desde hace décadas, la ciencia considera que la preocupación es un síntoma de ansiedad. Pero no cabe duda de que también se da en la depresión.
La rumiación es ligeramente diferente y se caracteriza por tener pensamientos negativos sobre algo que ocurrió en el pasado. Suele consistir en pensar que no se es tan bueno en algo como se quisiera. En la rumiación, puedes pensar una y otra vez en lo mal que jugaste en el último partido de tenis o en lo mal que te sientes por haber ignorado a alguien en la ópera anoche. La rumiación se ha considerado más bien un síntoma de la depresión, pero también se da en la ansiedad.