
Ansiedad dolor muscular generalizado
Ansiedad dolor crónico
El dolor musculoesquelético (DM) es común en la población general y se ha asociado con la ansiedad de varias maneras: (a) la tensión muscular se incluye como parte de los criterios diagnósticos del trastorno de ansiedad generalizada, (b) el dolor puede ser un síntoma común y un buen indicador de un trastorno de ansiedad, (c) la ansiedad es un predictor independiente de la calidad de vida en pacientes con DM crónico, (d) la ansiedad conduce a niveles más altos de cronificación del dolor, y (e) el miedo, la ansiedad y la evitación están relacionados con el DM. El objetivo de este artículo es explorar los mecanismos que subyacen a la relación entre los trastornos de ansiedad y el dolor musculoesquelético, así como su manejo. También hemos destacado el papel de la espiritualidad y la religiosidad en el tratamiento del PM. Encontramos algunas similitudes entre los mecanismos propuestos y los modelos explicativos para ambas afecciones, así como un solapamiento entre los tratamientos disponibles. El reconocimiento de esta asociación es importante para los profesionales que se ocupan del dolor crónico.
Tensión interna ansiedad
La ansiedad puede afectar a muchas partes diferentes de tu cuerpo. No es sólo mental: puede provocar síntomas y reacciones físicas muy importantes que pueden cambiar drásticamente tu capacidad de vivir y funcionar con normalidad y comodidad.
No es de extrañar que la ansiedad pueda ser increíblemente angustiosa. Pero lo que quizá no sepas es que la ansiedad también puede afectarte indirectamente, por ejemplo, provocando reacciones físicas que te apartan de las cosas que te gustan. Un ejemplo de este tipo de respuesta es el dolor muscular, que afecta a muchas personas con ansiedad y puede, en cierto modo, provocar más ansiedad. Además, el dolor muscular puede impedir que una persona salga, vea a sus amigos o haga deporte, por ejemplo, lo que dificulta que esa persona disfrute de actividades recreativas a las que otros se dedican normalmente.
Son muchos los problemas que pueden causar dolor muscular. Pero no se puede negar que la ansiedad puede tener un efecto muy importante en los músculos. Sólo una pequeña muestra de las explicaciones de los vínculos entre la ansiedad y el dolor muscular incluyen:
¿Qué tipo de ansiedad tengo?
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Las personas diagnosticadas con trastornos de ansiedad, como el trastorno de pánico, a menudo experimentan síntomas físicos incómodos, como sudoración, aceleración del ritmo cardíaco, temblores y sacudidas. Dada la gravedad de estos síntomas físicos, no es de extrañar que muchas personas con trastorno de pánico busquen atención médica de urgencia. Un estudio de 2016 informó de que había 1.247.000 visitas a urgencias relacionadas con la ansiedad al año.
Sin embargo, debido a la complejidad de la condición, la amplia gama de síntomas y la similitud con otras enfermedades, el trastorno de pánico a menudo se diagnostica erróneamente en las salas de emergencia. Conozca estos síntomas físicos comunes y las afecciones concurrentes asociadas al trastorno de pánico y la ansiedad.
El cuerpo de la ansiedad
Los dolores musculares son uno de los síntomas más conocidos de la ansiedad y el estrés. A menudo parece que, tras un periodo prolongado de estrés, el cuerpo se tensa y los músculos empiezan a desarrollar síntomas incómodos.
Este tipo de dolores musculares suelen ser una molestia menor, pero otras personas descubren que pueden convertirse en un problema tremendo, que les hace sentir muy incómodos y que posiblemente les lleve a cambios de comportamiento.
Tampoco todos los dolores musculares provienen directamente de las reacciones de tu cuerpo al estrés. Algunos provienen de la forma en que tú mismo respondes cuando estás estresado. Por ejemplo, muchas personas con ansiedad terminan encorvándose más, o evitando el ejercicio, o durmiendo más tiempo. Todo esto puede provocar dolores y tensiones musculares, simplemente porque los cambios de comportamiento estiran y presionan los músculos.
En cuanto sus músculos empiezan a doler, el tratamiento no es diferente de los dolores musculares provocados por el ejercicio o las lesiones. Estos dolores son simplemente la forma que tiene tu músculo de reconstruirse y asegurarse de que está en el mejor estado de salud. Así que si quieres, puedes tratar estos dolores utilizando muchas de las mismas tácticas que utilizarías para tratar cualquiera de esos dolores, como por ejemplo