Ansiedad dolores por todo el cuerpo

Ansiedad dolores por todo el cuerpo

Debilidad muscular por ansiedad

Los dolores y molestias son una parte común de la ansiedad. Aunque la ansiedad puede clasificarse como una condición de salud mental, nuestros cuerpos y mentes están en realidad estrechamente conectados. Esto significa que los síntomas de ansiedad pueden manifestarse a menudo en forma de síntomas físicos muy reales. A veces, el impacto que la ansiedad tiene en nuestro cuerpo puede ser incluso más angustioso y notable que el impacto que tiene en nuestros pensamientos y emociones.

Cada persona es diferente, y existe una amplia gama de trastornos de ansiedad diferentes. Por eso, sin saber a cuál nos enfrentamos, puede ser difícil especificar la causa y/o los efectos. Pero aquí hay algunos signos de que puedes tener ansiedad, junto con sus posibles causas:

Todo comienza con la tensión muscular, que es un tipo de dolor común asociado a la ansiedad y el estrés. La tensión muscular es el resultado de las contracciones musculares, que se producen como consecuencia del estrés. Si alguna vez has realizado un gran esfuerzo físico, estarás familiarizado con la raíz básica de este dolor.

Además, la tensión muscular también puede conducir a la acumulación de ácido láctico, que puede provocar dolores musculares. Ambas cosas contribuyen a la sensación de dolor que experimentan las personas cuando están estresadas. Esta tensión puede sentirse en casi todos los músculos del cuerpo, pero es común en:

Síntomas físicos de la ansiedad

Los síntomas de ansiedad de los dolores corporales pueden aparecer y desaparecer raramente, ocurrir con frecuencia o persistir indefinidamente. Por ejemplo, puede sentir dolores corporales de vez en cuando y no tan a menudo, sentirlos de forma intermitente o sentirlos todo el tiempo.

  Dolor lado izquierdo pecho ansiedad

Estar estresado y/o ansioso (preocupado, aprensivo, inquieto, temeroso) hace que el cuerpo produzca la respuesta al estrés, que segrega hormonas del estrés en el torrente sanguíneo donde viajan a puntos específicos del cuerpo para provocar cambios fisiológicos, psicológicos y emocionales específicos que aumentan la capacidad del cuerpo para hacer frente a una amenaza, ya sea para luchar o para huir de ella, razón por la cual esta respuesta se conoce a menudo como la respuesta de lucha o huida[1].

Cuando las respuestas al estrés se producen con poca frecuencia, el cuerpo puede recuperarse con relativa rapidez de estos cambios fisiológicos, psicológicos y emocionales. Esto puede hacer que los dolores sean temporales y no parezcan problemáticos.

Sin embargo, cuando las respuestas al estrés ocurren con demasiada frecuencia y/o de forma dramática, el cuerpo puede permanecer en un estado de preparación de emergencia, lo que llamamos hiperestimulación de la respuesta al estrés,[2] ya que las hormonas del estrés son estimulantes. La hiperestimulación puede hacer que los músculos del cuerpo permanezcan tensos aunque la amenaza inmediata haya pasado. Los dolores de cabeza, el dolor muscular, la tensión muscular, los músculos tensos, los dolores corporales y la rigidez son síntomas comunes de la hiperestimulación de la respuesta al estrés.

Ansiedad dolores punzantes en el pecho

Los dolores musculares y articulares pueden deberse a un sinfín de problemas, pero ¿podrían influir también nuestras emociones? ¿Podría la ansiedad o el estrés estar exacerbando o incluso provocando el dolor articular? Hoy analizamos la relación entre nuestro estado de ánimo y el dolor articular, y hablamos de 6 formas en que la ansiedad puede afectar a nuestras articulaciones y de lo que puede hacer para reducir los síntomas.

  La ansiedad da dolor de estomago

Aunque los dolores musculares y articulares son muy comunes, no son problemas que se asocien necesariamente con el estrés y la ansiedad. Sin embargo, como explicaré a continuación, ambos están estrechamente relacionados por una serie de razones. La ansiedad puede, por ejemplo:

Las emociones desagradables, como el estrés o la ansiedad, se han relacionado durante mucho tiempo con el aumento de los niveles de inflamación. Ahora bien, en pequeñas cantidades, la inflamación es en realidad algo bueno para el cuerpo, ya que actúa como parte de la respuesta inmunitaria natural, ayudando a curar las heridas y a expulsar las infecciones.

Sin embargo, como es habitual en los casos de estrés crónico, si tu cuerpo está siendo asaltado de forma persistente por oleadas de sustancias químicas proinflamatorias, puede tener un impacto en tus articulaciones. Puede hacer que se acumule líquido, lo que conduce a la hinchazón y a la reducción de la movilidad; pero también vale la pena considerar que los estudios han relacionado el estrés con un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad autoinmune.1

¿Puedes imaginar el dolor con la ansiedad

En 2013 hubo más de 8,2 millones de casos de ansiedad en el Reino Unido, aunque el número puede ser mayor desde que se tomaron estas cifras1 y también debemos reconocer que muchas personas no son diagnosticadas formalmente con ansiedad, aunque siguen experimentando síntomas. Esto hace que el problema sea mucho más frecuente de lo que las estadísticas podrían sugerir.

El dolor puede acompañar a los trastornos de ansiedad, incluido el trastorno de ansiedad generalizada (TAG). Puede dar lugar a dolores generales o a afecciones como la fibromialgia. También puede empeorar problemas como la artritis.

  La ansiedad da dolor de cuerpo

Antes se pensaba que la conexión entre la ansiedad y el dolor era psicológica, pero ahora se ha prestado más atención a la idea de que es biológica. Algunas investigaciones han indicado, por ejemplo, que el estrés y la ansiedad reducen la capacidad del cuerpo para modular el dolor. Un estudio de 2014 concluyó que cuanto más estresado estaba un individuo, menos capaz era de lidiar con el dolor3.

Además, cuando uno está ansioso, puede hacer que los músculos se tensen. Esto indica que el cuerpo está preparado para hacer frente a un factor de estrés físico. No estamos acostumbrados a estar en este estado de alerta máxima durante mucho tiempo, por lo que pueden surgir dolores y tensiones musculares como consecuencia de ello. Esto significa que el dolor que acompaña a la ansiedad tiende a ser crónico o, al menos, persiste más tiempo de lo que cabría esperar.

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