Dolor de espalda baja por estrés y ansiedad

Dolor de espalda baja por estrés y ansiedad

Cómo afectan el estrés y la ansiedad al dolor de espalda y qué puedo hacer

Una tentación común para las personas que experimentan dolor lumbar relacionado con el estrés es evitar el ejercicio. Esto puede deberse a varias razones, como el miedo a dañar aún más la espalda. Con el tiempo, esta falta de ejercicio conduce a la desacondicionamiento de los músculos de la espalda baja, lo que a su vez puede aumentar el dolor de espalda baja.

Suelo sugerir que la gente empiece un régimen de acondicionamiento físico con un paseo diario. Caminar proporciona numerosos beneficios, incluyendo el fortalecimiento de los músculos alrededor de su abdomen y la espalda baja, el control de su peso, y estimular la liberación de endorfinas que combaten el dolor en su sistema.

Puede comenzar un régimen de caminatas con tan sólo 10 minutos al día, y luego ir aumentando lentamente hasta llegar a 30 ó 40 minutos. Con el tiempo, es probable que su médico le sugiera que añada entrenamiento de fuerza y estiramientos a su programa de acondicionamiento físico.

Un factor común que contribuye al estrés son los factores ambientales. Es posible que haya perdido recientemente su trabajo, que se enfrente a graves dificultades económicas o que haya sufrido la pérdida de una relación cercana, y el estrés de estas experiencias puede estar provocando sus síntomas de dolor lumbar.

Depresión y dolor de espalda

Un artículo de 2017 publicado en la revista médica Spine, (1) mostró los resultados de un estudio multinacional dirigido por la Universidad de Sidney al encontrar una asociación significativa entre el dolor lumbar crónico y un mayor riesgo de depresión y/o ansiedad. Sin embargo, la pregunta seguía siendo si el dolor de espalda causaba síntomas de ansiedad y depresión o si la depresión y la ansiedad causaban síntomas de dolor de espalda.    ¿Qué fue primero? Sugieren que, independientemente de cuál fuera primero, cuando se combinan, la ansiedad, la depresión y el dolor de espalda actúan mutuamente y provocan un empeoramiento acelerado de los síntomas.

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Como demuestran estos estudios, la depresión y la ansiedad y su relación con el dolor de espalda pueden ser un tema complicado para los profesionales sanitarios. ¿Cuál es entonces el enfoque del tratamiento? Un segundo grupo de investigadores de la Universidad de Sidney publicó sus conclusiones (3), según las cuales los profesionales sanitarios deberían estar atentos a futuros episodios de dolor de espalda en pacientes deprimidos:

Como sabemos, el dolor de espalda crónico bajo cuidados conservadores puede suponer la administración de analgésicos durante el mayor tiempo posible hasta el momento en que se recomiende la cirugía porque los analgésicos ya no son eficaces.

Salud Ansiedad y dolor de espalda

El dolor lumbar es la segunda causa más común de discapacidad en los EE.UU. Más del 80% de las personas experimentarán un episodio de este dolor en algún momento de sus vidas. Las razones más comunes del dolor lumbar son las lesiones de disco, la ciática, el levantamiento de objetos pesados o alguna otra lesión de espalda no específica.

Sin embargo, aunque el dolor de espalda es increíblemente común, no todas las personas responden de la misma manera a esta afección, a menudo incapacitante. De hecho, aunque dos personas tengan el mismo nivel de dolor, sus respuestas a ese dolor pueden ser muy diferentes. Estas respuestas diferentes se deben, en parte, a las actitudes y perspectivas psicológicas de cada persona.

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Incluso cuando se tiene una lumbalgia que está siendo tratada médicamente, ayuda a comprender los factores psicológicos que afectan a su dolor, y a su cerebro. También ayuda saber qué se puede hacer al respecto.

Cuando el movimiento físico está limitado, esto puede causar malestar psicológico, y el malestar psicológico puede, a su vez, empeorar el dolor. Tus creencias personales sobre la salud y tus estrategias de afrontamiento pueden influir tanto en tu nivel de angustia como en la evolución del dolor. Por ejemplo, si eres propenso a la ansiedad, esperas lo peor y tienes un pensamiento catastrófico, esto puede empeorar mucho el dolor. Esto se debe a que esas vulnerabilidades psicológicas pueden modificar tu cerebro e intensificar el dolor.

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El estrés no siempre es malo, una cierta cantidad de estrés es motivadora y agudiza nuestras percepciones. Solo es un problema si es constantemente alto durante un periodo de tiempo. El estrés no es la causa del dolor crónico, pero puede afectarlo.

Síntomas físicosEsto se denomina respuesta al estrés, y a veces se le llama respuesta de “lucha o huida”, ya que en situaciones de emergencia es necesaria para garantizar que nuestro cuerpo tenga los recursos necesarios para actuar rápidamente. Sin embargo, mucho estrés puede generarse por las molestias ordinarias y no urgentes de la vida diaria, por ejemplo, esperar el autobús o llegar tarde. La respuesta al estrés en estas situaciones se convierte en un problema no deseado y puede causar síntomas físicos que pueden ser aterradores.Los niveles de estrés pueden aumentar gradualmente durante el día debido a las molestias diarias.No solemos notarlos hasta que son bastante altos y empezamos a mostrar síntomas.

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Ataques de pánicoLas razones por las que algunas personas sufren ataques de pánico no están claras, sin embargo, una posibilidad es que algunas personas tienen tendencia a tensar los músculos cuando se estresan o se ponen ansiosas. Cuando los músculos del pecho se tensan, las personas reaccionan respirando con demasiada frecuencia y profundidad. Esto reduce la cantidad de dióxido de carbono en los pulmones, lo que envía mensajes al cerebro para que respire más rápido. También crea una gran cantidad de síntomas físicos y psicológicos (respuestas al estrés), que son desagradables y pueden generar sentimientos de miedo.Puedes revertir esta situación de alguna de las siguientes maneras:Cuando tienes dolor crónico, tienes este estrés adicional que manejar. No es de extrañar que algunas personas se den cuenta de que sufren los efectos de la respuesta al estrés todos los días. Descubren que acumulan tensión muscular sin ser conscientes de ello. Su situación es peor si el estrés aumenta su dolor.

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