La ansiedad y el estres sube la presion arterial

Alcohol y presión arterial

El estrés puede afectar a la presión arterial a corto plazo, ya que el corazón se acelera y las arterias se tensan en respuesta a un drama, pero ¿qué ocurre con los picos repetidos de presión arterial causados por el estrés prolongado? En este artículo, examino los posibles efectos a largo plazo del estrés sobre la presión arterial y ofrezco consejos fáciles y sencillos que pueden ayudar en ambos casos.

A corto plazo, un aumento repentino de la presión arterial (hipertensión) durante un incidente estresante como parte de la respuesta de lucha o huida del cuerpo, no suele tener efectos duraderos. Sin embargo, el estrés a largo plazo puede empeorar la presión arterial de forma indirecta, al afectar a la salud mental y al sueño y aumentar el deseo de consumir alcohol y alimentos que engordan. ¿Cómo afecta el estrés a la tensión arterial?

Todo el mundo experimenta ocasionalmente acontecimientos estresantes; un susto de infarto cuando se evita por poco una colisión con el coche o una caída impactante y dolorosa. Este tipo de crisis puede tener un efecto instantáneo en la tensión arterial como parte de las tres fases de la respuesta de lucha o huida del organismo, una característica de turboalimentación que provoca una rápida liberación de hormonas, como el cortisol y la adrenalina, durante un drama. Estas hormonas hacen que la respiración se acelere, que el corazón lata más rápido y que los vasos sanguíneos se estrechen para suministrar rápidamente el combustible (oxígeno y azúcar) necesario para una acción rápida. Se trata de una respuesta saludable ante una situación de riesgo vital en la que es muy deseable pensar con rapidez, luchar para salir de un apuro o poder escapar.A corto plazo, un aumento repentino de la presión arterial (hipertensión) durante un incidente estresante no suele tener efectos duraderos. A medida que los niveles de estrés descienden, también lo hace la presión arterial: todo vuelve a la normalidad. Sin embargo, los picos repetidos de presión arterial causados por el estrés pueden dañar el corazón, los riñones y los vasos sanguíneos. Las hormonas del estrés tienen un efecto inflamatorio en el organismo, y las crecientes fluctuaciones de la presión arterial pueden debilitar los capilares, las venas y las arterias.

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Tensión de la frecuencia cardíaca

Las situaciones de estrés pueden hacer que la presión arterial se dispare temporalmente, pero ¿puede el estrés causar también una presión arterial alta a largo plazo? ¿Podrían acumularse todos esos picos de presión arterial relacionados con el estrés a corto plazo y provocar una presión arterial alta a largo plazo? Los investigadores no están seguros.

Sin embargo, hacer ejercicio de tres a cinco veces por semana durante 30 minutos puede reducir el nivel de estrés. Y si tiene la tensión arterial alta, realizar actividades que le ayuden a controlar el estrés y a mejorar su salud puede suponer una diferencia a largo plazo en la reducción de su tensión arterial.

Su cuerpo produce una oleada de hormonas cuando se encuentra en una situación de estrés. Estas hormonas aumentan temporalmente la presión arterial al hacer que el corazón lata más rápido y los vasos sanguíneos se estrechen.

No hay pruebas de que el estrés por sí mismo provoque una presión arterial alta a largo plazo. Pero reaccionar al estrés de forma poco saludable puede aumentar el riesgo de padecer hipertensión, infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares. Ciertos comportamientos están relacionados con una mayor presión arterial, como:

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La presión arterial cambia rápidamente

Esta es una respuesta perfectamente natural. Por ejemplo, si te persigue un perro que ladra o te encuentras en una situación de peligro, necesitas estas hormonas para preparar tu cuerpo para una situación de “lucha o huida”.

¿Necesitas una solución? Ponte en movimiento cuando estés estresado. No sientas que tienes que completar una extensa rutina de cardio. A menudo, algo tan sencillo como dar una vuelta a la manzana puede marcar la diferencia en tu estado de ánimo.

Admitámoslo:  Controlar la diabetes es un trabajo duro. Eso en sí mismo es suficiente para causar preocupación y estrés. De hecho, según los Centros para el Control de Enfermedades, las personas con diabetes tienen un 20 por ciento más de probabilidades de sufrir ansiedad que las que no padecen la enfermedad.

En primer lugar, seamos claros: si está experimentando ansiedad, queremos saberlo. Nos importa mucho más que su salud física. Sabemos que la salud mental es una parte importante de su bienestar general.

Si su ansiedad se prolonga durante más de dos semanas o si le resulta difícil realizar las actividades cotidianas, debería considerar la posibilidad de hablar con un consejero o psicólogo que pueda proporcionarle ayuda y orientación. Podemos proporcionarle una referencia si lo necesita.

Presión arterial por ataque de pánico

No hay pruebas de que el estrés provoque hipertensión arterial a largo plazo, pero sentirse estresado durante mucho tiempo puede pasar factura a su salud, afectando a su estado de ánimo y también a su cuerpo. Si no se controla, el estrés puede provocar enfermedades graves, incluidas las cardíacas, por lo que es importante encontrar formas de controlarlo.

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En una situación de estrés, el cuerpo reacciona liberando en la sangre una oleada de las hormonas adrenalina y cortisol. Estas hormonas son las responsables de la respuesta de “lucha o huida”. Hacen que el corazón lata más rápido y que los vasos sanguíneos se estrechen, aumentando la presión arterial.

Sentirse estresado durante mucho tiempo puede afectar al estado de ánimo y a la calidad del sueño, y a veces la gente adopta formas poco saludables de afrontarlo, como fumar, beber alcohol o comer demasiado. Esto puede provocar problemas de salud en el futuro, como aumento de la presión arterial, obstrucción de las arterias, enfermedades cardíacas e infartos.

Esté atento a los primeros signos de estrés, como sudoración, pérdida de apetito, dolores de cabeza, falta de concentración y sensación de irritabilidad o preocupación, para saber si necesita hacer cambios y encontrar formas de controlarlo.

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