Hacer ejercicio reduce la ansiedad
Ejercicios de ansiedad
Es muy probable que usted, o alguien que conozca, se enfrente a la ansiedad. Uno de cada cinco estadounidenses mayores de 18 años, y uno de cada tres adolescentes de 13 a 18 años, declararon tener un trastorno de ansiedad crónico durante el último año. Y cuando hablo con estudiantes universitarios, no se sorprenden en absoluto de que la friolera del 63% de los estudiantes haya sentido una tremenda ansiedad durante su primer año, según un informe de la National College Health Association.
El precio de la ansiedad puede ser alto: aumenta el riesgo de que una persona sufra otros trastornos psiquiátricos como la depresión, y puede contribuir a la diabetes y a los problemas cardiovasculares. Un estudio aleccionador muestra que las personas con ansiedad tienden a ser más sedentarias y a realizar formas menos intensas de actividad física, si es que hacen alguna. Es irónico, porque atarse las zapatillas y salir a moverse puede ser la mejor solución no médica que tenemos para prevenir y tratar la ansiedad.
Como psiquiatra que estudia los efectos del ejercicio en el cerebro, no sólo he visto la ciencia, sino que he sido testigo de primera mano de cómo la actividad física afecta a mis pacientes. Las investigaciones demuestran que el ejercicio aeróbico es especialmente útil. Un simple paseo en bicicleta, una clase de baile o incluso una caminata rápida pueden ser una herramienta poderosa para quienes sufren de ansiedad crónica. Este tipo de actividades también ayudan a las personas que se sienten demasiado nerviosas y ansiosas ante un examen próximo, una gran presentación o una reunión importante.
Cómo reducir la ansiedad
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El ejercicio físico puede desempeñar un papel importante en el bienestar mental e incluso puede aliviar los síntomas de enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad. Mientras que los beneficios del ejercicio para la salud física se discuten con frecuencia, el vínculo entre el ejercicio y la salud mental a menudo se pasa por alto. Los estudios sugieren que el ejercicio físico puede ayudar a prevenir los problemas de salud mental antes de que comiencen. Las investigaciones también muestran que el ejercicio puede mejorar los síntomas de muchas enfermedades mentales existentes.
El ejercicio disminuye la sensibilidad de la reacción del cuerpo a la ansiedad. Además, un programa de ejercicio regular puede ayudar a aliviar los síntomas de otras enfermedades concurrentes comunes, como el síndrome del intestino irritable (SII).
El ejercicio ayuda a promover el crecimiento de nuevas neuronas en zonas clave del cerebro, incluido el hipocampo. Algunas investigaciones sugieren que esto puede desempeñar un papel en el alivio de los síntomas de algunas condiciones psiquiátricas, incluyendo la depresión y la ansiedad. Los estudios en animales han descubierto que el aumento de la neurogénesis puede contribuir a calmar el cerebro en momentos de estrés.
El ejercicio es bueno para la salud mental
Los trastornos de ansiedad son un grupo de condiciones de salud mental muy prevalentes que pueden tener un impacto debilitante en el funcionamiento diario y el bienestar. Pueden coexistir con otros trastornos mentales, como la depresión. Las personas con trastornos de ansiedad también tienen un riesgo elevado de sufrir enfermedades cardiovasculares y mortalidad prematura. La actividad física parece proteger contra los trastornos de ansiedad en poblaciones clínicas y no clínicas. Se ha demostrado que el ejercicio, un subconjunto de la actividad física, reduce significativamente los síntomas de ansiedad. Es probable que los mecanismos por los que el ejercicio produce estos efectos impliquen una combinación de factores biológicos y psicológicos. La actividad física también puede ser útil para reducir los síntomas de las enfermedades mentales comórbidas y el riesgo de complicaciones de salud física a lo largo del tiempo. La promoción de la actividad física podría ser un método de prevención o tratamiento de los trastornos de ansiedad con una amplia gama de beneficios. Sin embargo, será necesario realizar más investigaciones para abordar las importantes lagunas existentes en la bibliografía antes de que estos enfoques puedan aplicarse plenamente en los servicios de salud mental.
Cómo el ejercicio reduce el estrés
El ejercicio tiene muchos beneficios, no sólo para su salud física sino también para su salud mental. En el cerebro, el ejercicio estimula sustancias químicas que mejoran el estado de ánimo y las partes del cerebro responsables de la memoria y el aprendizaje.
El ejercicio libera sustancias químicas como las endorfinas y la serotonina que mejoran el estado de ánimo. Además, puede hacer que salgas al mundo, ayudar a reducir los sentimientos de soledad y aislamiento y ponerte en contacto con otras personas.
Las directrices australianas recomiendan que los adultos realicen al menos 30 minutos de actividad física de moderada a intensa la mayoría o todos los días de la semana. Puedes completar los 30 minutos a lo largo del día combinando sesiones más cortas de 10 a 15 minutos.
Si el dinero es una preocupación, piense en los centros comunitarios locales, que suelen tener grupos de ejercicio asequibles. Y si tienes un seguro médico privado, puede que te ayuden a pagar la cuota del gimnasio como parte de un plan de atención a la salud mental.
Puede que te cueste encontrar la motivación o mantenerla para hacer ejercicio. Piensa en cómo puedes hacer que el ejercicio forme parte de tu rutina diaria y de tu estilo de vida. Elige algo que te guste y pide a tus amigos o familiares que te ayuden a motivarte y a mantenerte en el camino.