Angustia y ansiedad causas sintomas y tratamiento
Síntomas físicos de la ansiedad
Aunque el peligro sea real, el miedo es subjetivo, porque la imaginación juega un papel importante en la percepción de ese peligro. El miedo suele ir acompañado de reacciones físicas como, por ejemplo, la producción repentina y abundante de adrenalina.
La ansiedad sana es una reacción de adaptación normal ante un peligro o una situación importante en la vida. Cuando la ansiedad es más fuerte o crónica se convierte en una verdadera patología, en este caso se convierte en una vaga sensación de malestar, que se traduce en un estado de aprensión, de malestar más o menos intenso, dificultad para respirar, palpitaciones, sudoración excesiva.
La angustia es un escalón superior a la ansiedad, es un estado de ánimo siempre con una impronta ansiosa pero aún más invasiva, perturbadora y paralizante, debido a una afluencia de estímulos emocionales, además la angustia es una emoción puntual y se presenta como una crisis, mientras que la ansiedad tiene un carácter más crónico. La diferencia entre angustia y ansiedad es sutil. La medicina considera la angustia como una forma exasperada de ansiedad.
Tipos de ansiedad
Es habitual sentir síntomas de estrés antes o después de una crisis. Las catástrofes naturales y las provocadas por el hombre pueden tener un impacto devastador en la vida de las personas, ya que a veces causan lesiones físicas, daños materiales o la pérdida de la vivienda o el lugar de trabajo. Cualquiera que vea o experimente esto puede verse afectado de alguna manera. La mayoría de los síntomas de estrés son temporales y se resuelven por sí solos en poco tiempo. Sin embargo, para algunas personas, sobre todo niños y adolescentes, estos síntomas pueden durar semanas o incluso meses y pueden influir en sus relaciones con familiares y amigos. Los signos de advertencia más comunes de la angustia emocional son:
Para quienes han vivido una catástrofe natural o provocada por el hombre, el aniversario del suceso puede renovar los sentimientos de miedo, ansiedad y tristeza. Ciertos sonidos, como las sirenas, también pueden desencadenar angustia emocional. Estas y otras sensaciones ambientales pueden llevar a las personas de vuelta al desastre, o hacerles temer que esté a punto de repetirse. Estos “acontecimientos desencadenantes” pueden ocurrir en cualquier momento.
Síntomas de ansiedad y depresión
La ansiedad es una emoción que se caracteriza por un estado desagradable de agitación interior y que incluye sentimientos de temor ante acontecimientos anticipados[1][2]. Suele ir acompañada de comportamientos nerviosos como ir de un lado a otro, quejas somáticas y rumiación[3].
La ansiedad es una sensación de inquietud y preocupación, generalmente generalizada y desenfocada, como reacción exagerada ante una situación que sólo se percibe subjetivamente como amenazante[4]. Suele ir acompañada de tensión muscular,[5] inquietud, fatiga, incapacidad para recuperar el aliento, opresión en la región abdominal, náuseas y problemas de concentración. La ansiedad está estrechamente relacionada con el miedo,[6] que es una respuesta a una amenaza inmediata real o percibida (respuesta de lucha o huida); la ansiedad implica la expectativa de una amenaza futura, incluido el temor[5] Las personas que se enfrentan a la ansiedad pueden retirarse de situaciones que les han provocado ansiedad en el pasado[7].
Aunque la ansiedad es una respuesta típica del ser humano, cuando es excesiva o persiste más allá de los periodos apropiados para el desarrollo, puede diagnosticarse como un trastorno de ansiedad[8] Existen múltiples formas de trastorno de ansiedad (como el trastorno de ansiedad generalizado y el trastorno obsesivo compulsivo) con definiciones clínicas específicas. [9] Parte de la definición de un trastorno de ansiedad, que lo distingue de la ansiedad cotidiana, es que es persistente y suele durar 6 meses o más, aunque el criterio de duración pretende ser una guía general que permite cierto grado de flexibilidad y a veces es de menor duración en los niños[5].
Qué causa la ansiedad en el cerebro
Todo el mundo experimenta dolor en algún momento, pero en las personas con depresión o ansiedad, el dolor puede ser especialmente intenso y difícil de tratar. Las personas que sufren depresión, por ejemplo, tienden a experimentar un dolor más intenso y duradero que otras personas.
El solapamiento de la ansiedad, la depresión y el dolor es especialmente evidente en los síndromes de dolor crónico y a veces incapacitante, como la fibromialgia, el síndrome del intestino irritable, la lumbalgia, las cefaleas y el dolor nervioso. Por ejemplo, alrededor de dos tercios de los pacientes con síndrome del intestino irritable que son remitidos para su seguimiento presentan síntomas de malestar psicológico, en su mayoría ansiedad. Alrededor del 65% de los pacientes que buscan ayuda para la depresión también informan de al menos un tipo de síntoma de dolor. Los trastornos psiquiátricos no sólo contribuyen a la intensidad del dolor, sino también a un mayor riesgo de discapacidad.
Los investigadores pensaron en su día que la relación recíproca entre el dolor, la ansiedad y la depresión se debía principalmente a factores psicológicos y no biológicos. El dolor crónico es deprimente y, del mismo modo, la depresión mayor puede resultar físicamente dolorosa. Pero a medida que los investigadores han ido conociendo mejor el funcionamiento del cerebro y la interacción del sistema nervioso con otras partes del cuerpo, han descubierto que el dolor comparte algunos mecanismos biológicos con la ansiedad y la depresión.