Trastorno de ansiedad post traumatico
Trastorno de estrés postraumático en niños y adolescentes
El trastorno de estrés postraumático complejo puede causar síntomas similares a los del trastorno de estrés postraumático y puede no desarrollarse hasta años después del suceso. Suele ser más grave si el trauma se produjo en una etapa temprana de la vida, ya que puede afectar al desarrollo del niño.
Otro síntoma clave del TEPT es tratar de evitar que se le recuerde el suceso traumático. Esto suele significar evitar a ciertas personas o lugares que le recuerden el trauma, o evitar hablar con alguien sobre su experiencia.
Algunas personas intentan lidiar con sus sentimientos tratando de no sentir nada en absoluto. Esto se conoce como adormecimiento emocional. Esto puede conducir a que la persona se aísle y se retraiga, y también puede dejar de realizar las actividades que solía disfrutar.
Su médico de cabecera querrá hablar de sus síntomas con el mayor detalle posible. Le preguntará si ha sufrido un acontecimiento traumático en un pasado reciente o lejano y si ha vuelto a experimentar el acontecimiento a través de recuerdos o pesadillas.
El TEPT se desarrolla en aproximadamente 1 de cada 3 personas que experimentan un trauma grave. No se sabe muy bien por qué algunas personas desarrollan la enfermedad y otras no. Sin embargo, ciertos factores parecen hacer que algunas personas sean más propensas a desarrollar el TEPT.
Trastorno de estrés postraumático
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Las personas con trastorno de estrés postraumático (TEPT) a menudo luchan con síntomas de ansiedad frecuentes e intensos. Estos fuertes síntomas de ansiedad suelen llevar a las personas con TEPT a recurrir a métodos de afrontamiento poco saludables, como el consumo de drogas o alcohol.
Otros síntomas comunes de la enfermedad son los pensamientos intrusivos, los flashbacks, las pesadillas, la evitación de los recuerdos, los pensamientos negativos y una mayor respuesta de sobresalto. Estos síntomas pueden contribuir a aumentar la ansiedad, dificultando el funcionamiento en diferentes aspectos de la vida cotidiana.
Afortunadamente, existen muchas habilidades de afrontamiento saludables para el TEPT que pueden ayudar a aliviar la ansiedad y otros síntomas. Estas estrategias pueden ayudar a reducir la intensidad de la ansiedad, disminuir su frecuencia y/o hacerla más tolerable.
Trastorno de estrés postraumático
El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es un trastorno de ansiedad que se produce tras la exposición a un acontecimiento traumático. Este trastorno no se ha estudiado ampliamente en atención primaria; sin embargo, los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 aumentaron la conciencia pública y profesional sobre el TEPT. Es posible que ahora se diagnostiquen muchos más casos en pacientes de medicina de familia, porque son más propensos a revelar información a sus médicos y porque éstos son más conscientes del diagnóstico. Un estudio1 estimó que el 11,8 por ciento de los pacientes que se presentaban en una clínica de atención primaria cumplían los criterios de diagnóstico del TEPT.
Los pacientes con TEPT utilizan los recursos de atención médica con más frecuencia que los pacientes sin TEPT, incluidos los que tienen otros trastornos de ansiedad.1,2 Debido a las frustraciones en el diagnóstico y la gestión de las quejas médicas recurrentes de sus pacientes, algunos médicos caracterizan a los pacientes con TEPT como pacientes “difíciles” o “hundidos en el corazón”, es decir, pacientes que evocan “una mezcla abrumadora de exasperación, derrota y, a veces, simple aversión”.3 El reconocimiento oportuno y el tratamiento eficaz del TEPT pueden beneficiar en gran medida a estos pacientes, sus familias y los que trabajan con ellos.
Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
El riesgo de exposición al trauma ha formado parte de la condición humana desde que evolucionamos como especie. Los ataques de los tigres de dientes de sable o de los terroristas del siglo XXI probablemente han producido secuelas psicológicas similares en los supervivientes de esa violencia. El Enrique IV de Shakespeare parece cumplir muchos, si no todos, los criterios de diagnóstico del trastorno de estrés postraumático (TEPT), al igual que otros héroes y heroínas de la literatura universal. La historia del desarrollo del concepto de TEPT es descrita por Trimble (1).
En 1980, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) añadió el TEPT a la tercera edición de su esquema de clasificación nosológica del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-III) (2). Aunque fue controvertido cuando se introdujo por primera vez, el diagnóstico de TEPT ha llenado un importante vacío en la teoría y la práctica psiquiátrica. Desde una perspectiva histórica, el cambio significativo introducido por el concepto de TEPT fue la estipulación de que el agente etiológico estaba fuera del individuo (es decir, un acontecimiento traumático) en lugar de una debilidad individual inherente (es decir, una neurosis traumática). La clave para entender la base científica y la expresión clínica del TEPT es el concepto de “trauma”.