Controlar los nervios y ansiedad
Síntomas de ansiedad
Tener sentimientos ocasionales de ansiedad es una parte normal de la vida, pero las personas con trastornos de ansiedad experimentan ansiedad, miedo, terror y pánico frecuentes y excesivos en situaciones cotidianas. Estos sentimientos no son saludables si afectan a su calidad de vida y le impiden funcionar con normalidad.
Si la ansiedad afecta a su vida y a sus relaciones, debe acudir a su médico. Su proveedor puede ayudarle a descartar cualquier problema de salud física subyacente antes de acudir a un profesional de la salud mental.
Es posible que sus preocupaciones no desaparezcan por sí solas y que empeoren con el tiempo si no busca ayuda. Acuda a su médico o a un profesional de la salud mental antes de que su ansiedad empeore. Es más fácil de tratar si buscas ayuda a tiempo.
Cómo bajar la ansiedad
La ansiedad suele describirse como una preocupación sostenida y excesiva que una persona no puede controlar, y está relacionada muchas veces con la anticipación de una amenaza futura, como el COVD-19 o un acontecimiento traumático. A veces, la ansiedad puede tener un efecto grande y negativo en nuestra vida diaria, el trabajo, las relaciones y la felicidad en general. La ansiedad también puede manifestarse como una respuesta de estrés irritable, preocupada, inquieta y debilitante que puede durar desde minutos hasta días. Casi todo el mundo ha sufrido ansiedad en torno a una situación estresante.
Una persona con ansiedad puede buscar el apoyo de un terapeuta, un médico, un familiar, un amigo, una persona de apoyo de la comunidad, un recurso de la línea de crisis o un centro de crisis. Dependiendo de la gravedad de su ansiedad, se puede dirigir un plan de terapia conductual, medicación contra la ansiedad y/o mecanismos de afrontamiento para su situación personal.
El reconocimiento de la ansiedad es un factor clave para afrontar la preocupación excesiva y avanzar en la vida. Si tiene alguno de los síntomas anteriores o tiene dificultades para controlar la preocupación en su vida, pregúntese si podría ser ansiedad lo que está experimentando. Es importante compartir cualquier preocupación excesiva con su proveedor de atención médica para que podamos ayudarle a identificar formas de abordar su ansiedad y superar el debilitamiento de la preocupación excesiva.
¿Tengo ansiedad?
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Pero aunque los términos “ansiedad” y “nervioso” se utilizan a menudo indistintamente, sentirse nervioso y tener un trastorno de ansiedad son dos cosas muy diferentes. Entonces, ¿cómo saber si el nerviosismo que siente es normal o si realmente se trata de un trastorno de ansiedad?
El nerviosismo es una reacción natural ante una situación estresante. Suele aparecer cuando te enfrentas a un reto nuevo o importante, como hacer un examen o una presentación ante una sala llena de gente. Puede estar nervioso cuando espera los resultados de un examen médico o antes de entrar en una entrevista de trabajo.
El nerviosismo puede ir acompañado de muchas sensaciones físicas, como sequedad de boca, sudoración de las palmas de las manos y mareos. También puede experimentar sentimientos de inseguridad. Estos sentimientos y sensaciones son incómodos e incontrolables.
Síntomas de un ataque de ansiedad
La directora general de una empresa emergente está sentada en la oficina que ha alquilado recientemente para su compañía de rápido crecimiento. Es hora punta, pero las calles de fuera están tranquilas, al igual que los 600 cubículos vacíos de la puerta de su oficina. Ayer mismo, su equipo directivo tomó la difícil pero crucial decisión de enviar a todo el mundo a casa para trabajar en el futuro inmediato. En 30 minutos tiene que dirigir una videoconferencia para tranquilizar a sus empleados. Pero está desanimada, ansiosa y simplemente asustada.
¿Cómo puede dirigir con autoridad y fuerza cuando se siente ansiosa? ¿Cómo puede inspirar y motivar a los demás cuando su mente y su corazón van a toda velocidad? Y si escondes el miedo en un intento de ser un líder, ¿a dónde va a parar?
La ansiedad, por supuesto, tiene un propósito. Nos protege de los daños. El psicólogo Rollo May escribió por primera vez en 1977: “Ya no somos presa de tigres y mastodontes, sino del daño a nuestra autoestima, del ostracismo de nuestro grupo o de la amenaza de salir perdiendo en la lucha competitiva”. La forma de la ansiedad ha cambiado, pero la experiencia sigue siendo relativamente la misma”. En otras palabras, aunque a los humanos de hoy no nos persiguen los depredadores, nos persigue la incertidumbre sobre la salud de nuestros seres queridos, si tendremos trabajo la semana que viene o el año que viene, si nuestra empresa quebrará… preocupaciones que provocan las mismas respuestas neurológicas y físicas.