Ansiedad al hablar con otras personas

Ansiedad al hablar con otras personas

La raíz de la ansiedad social

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Amy Morin, LCSW, es la editora en jefe de Verywell Mind. También es psicoterapeuta, autora del bestseller “13 Things Mentally Strong People Don’t Do” (13 cosas que no hacen las personas mentalmente fuertes) y presentadora del podcast The Verywell Mind.

Entablar una conversación con alguien tímido o que padece un trastorno de ansiedad social (TAS) requiere un poco más de esfuerzo por su parte. Las personas con TAS experimentan ansiedad tanto en situaciones individuales como en grupo y a menudo necesitan tiempo para sentirse cómodas antes de conversar.

Muchas personas tímidas o con ansiedad social pueden disfrutar más escuchando a los demás que hablando de sí mismas, ya que suelen temer ser humilladas y juzgadas.  Cuente historias y comparta cosas sobre usted mismo antes de pedirle demasiado a la persona con TAS.

¿Por qué me pongo nervioso cuando hablo con alguien que me gusta?

Las personas que padecen ansiedad social suelen evitar hablar cuando no es necesario. Esto puede hacer que parezcan demasiado tímidos, tristes, enfadados, esnobs, sumisos o mentalmente lentos, cuando en realidad probablemente no sean ninguna de esas cosas.

Las razones reales por las que a las personas ansiosas no les gusta hablar varían de una persona a otra. Sin embargo, a continuación se enumeran algunas de las dificultades más comunes que encuentran las personas con ansiedad a la hora de hablar, junto con estrategias para superarlas.

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Curiosamente, el miedo a hablar suele estar presente en todos los trastornos de ansiedad. Se asocia más comúnmente con la fobia social, pero la ansiedad en general hace que las personas quieran evitar las cosas que aumentan su ansiedad, como hablar.

¿Alguna vez has tenido un pensamiento que querías compartir, empezaste a ponerlo en palabras y luego descubriste que las palabras parecían salir mal? Este es un problema habitual en las personas con ansiedad. Una persona ansiosa puede ser totalmente capaz de formar sus frases de forma clara y elocuente sobre el papel y, sin embargo, ser incapaz de hilvanar unas cuantas palabras cuando se trata de hablar en público debido a los altos niveles de estrés que siente en las situaciones sociales.

La ansiedad social causada por los padres

Los trastornos de ansiedad son el trastorno psicológico más común en EE.UU., ya que afectan al 18% de la población adulta. El trastorno de ansiedad social (TAS) es el tercer trastorno psicológico más común, y afecta a 15 millones de hombres y mujeres en EE.UU. El DSM-5 define la ansiedad social como el “miedo persistente a una o más situaciones en las que la persona se expone a un posible escrutinio por parte de los demás y teme hacer algo o actuar de forma humillante o embarazosa”. Las personas tímidas, si no tienen ansiedad social, tienden a vivir las situaciones sociales de forma más reservada, tensa e incómoda, especialmente cuando conocen a gente nueva. Pueden tardar más en abrirse y compartir, lo que puede afectar a la capacidad de establecer relaciones estrechas.

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Las citas suelen ser una situación en la que las personas se sienten escrutadas, tienen que conocer a gente nueva y pueden temer hacer algo embarazoso. De este modo, las citas no hacen más que echar leña al fuego de la ansiedad. Están repletas de oportunidades para mantener conversaciones incómodas y de infinitas incógnitas: ¿se presentará ella? ¿Le gustaré? ¿Qué digo? ¿Y si digo demasiado? ¿Y si derramo la bebida? ¿Seré rechazado? – Las citas suelen verse como algo abrumadoramente aterrador y decididamente poco atractivo. Este tipo de ansiedad y timidez hace que se evite conocer a gente nueva, así como una sensación de aislamiento y desesperanza ante la perspectiva de encontrar una pareja adecuada.

Cómo controlar la ansiedad al hablar

Para algunas personas, eso no es un gran problema. Para otras, sin embargo, coger el teléfono supone un esfuerzo hercúleo: Ensayas mil veces lo que tienes que decir, marcas con las manos temblorosas, tienes una sensación de pánico en el pecho cuando oyes sonar al otro lado.

Odiar el teléfono no significa necesariamente que tengas ansiedad social: ambas cosas suelen ir de la mano, pero algunas personas que, por lo demás, se desenvuelven perfectamente en las interacciones sociales tienen un miedo muy arraigado a hacer o recibir una llamada. Además, estás en buena compañía. No hay muchos datos concretos sobre cuántas personas odian el teléfono, pero las investigaciones sugieren que cada vez son más las que se alejan de él: En 2011, una encuesta del grupo Pew Research reveló que el propietario medio de un teléfono móvil en Estados Unidos realizaba o recibía algo más de 12 llamadas al día; en 2015, un estudio del grupo de investigación sobre el comportamiento de los consumidores Informate lo situaba más cerca de las seis. Mientras tanto, en Internet abundan las guías específicas para personas reacias al teléfono que quieren llamar a sus representantes.

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