He superado la ansiedad

He superado la ansiedad

El truco de la ansiedad

Con demasiada frecuencia convertimos la ansiedad en un problema mayor de lo necesario. La ansiedad está causada por un comportamiento aprensivo, como la preocupación. Todo el mundo se preocupa de vez en cuando. Por lo tanto, no es que el comportamiento aprensivo y la ansiedad sean anormales.

Sin embargo, la ansiedad se convierte en un problema cuando somos aprensivos con más frecuencia y en mayor grado de lo que se considera normal. Y ese es el problema: las personas ansiosas se preocupan más que otras y sus cuerpos experimentan más estrés que otros. El estrés genera síntomas.

En consecuencia, la ansiedad no es una enfermedad de la que tengamos que recuperarnos ni una condición médica con la que tengamos que aprender a vivir. Para eliminar los síntomas, todo lo que tenemos que hacer es reducir nuestro estrés y dejar tiempo suficiente para que el cuerpo se recupere.

Una vez que el cuerpo se ha recuperado, deja de enviar síntomas y se recupera la salud normal. Luego, para mantener el cuerpo sin síntomas, tenemos que reducir las veces que nos comportamos con aprensión para que el cuerpo no se estrese crónicamente y vuelva a presentar síntomas.

Gestionar bien el estrés y vivir con menos ansiedad nos permite llevar una vida normal. No hay que preocuparse por no conseguir una recuperación completa, ya que ésta se produce de forma natural cuando hacemos lo correcto: gestionar bien el estrés y vivir con menos aprensión.

  Test de ansiedad profesional

Estar ansioso

Evitar los miedos sólo los hace más temibles. Sea cual sea tu miedo, si te enfrentas a él, debería empezar a desaparecer. Si un día tienes pánico a entrar en un ascensor, por ejemplo, lo mejor es que vuelvas a entrar en él al día siguiente.

Trata de imaginar lo peor que puede pasar: tal vez sea entrar en pánico y tener un ataque al corazón. Después, intenta pensar en que te va a dar un ataque al corazón. No es posible. El miedo huirá cuanto más lo persigas.

A veces ayuda desafiar los pensamientos de miedo. Por ejemplo, si tienes miedo de quedarte atrapado en un ascensor y asfixiarte, pregúntate si alguna vez has oído que esto le haya ocurrido a alguien. Pregúntate qué le dirías a un amigo que tuviera un miedo similar.

Tómate un momento para cerrar los ojos e imaginar un lugar seguro y tranquilo. Puede ser una imagen de ti caminando por una hermosa playa, o acurrucado en la cama con el gato a tu lado, o un recuerdo feliz de la infancia. Deja que los sentimientos positivos te tranquilicen hasta que te sientas más relajado.

También puede probar un enfoque de terapia cognitivo-conductual por teléfono, con un servicio como NHS Living Life. Si quiere saber más sobre este servicio con cita previa, puede visitar la página web de Living Life o llamar al 0800 328 9655 (de lunes a viernes, de 13 a 21 horas).

Superar el miedo

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  Quitar ansiedad a un perro

La ansiedad es algo que todo el mundo experimenta de vez en cuando, pero para algunas personas puede llegar a ser omnipresente y excesiva. El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) se caracteriza por una preocupación persistente y excesiva.

Los pensamientos ansiosos e intrusivos pueden generar angustia y dificultar la superación de la situación. Por ejemplo, esta preocupación: “Mi novio va a romper conmigo”. Se trata de un pensamiento intrusivo que, en realidad, es bastante normal que una persona tenga. Puede surgir de la nada o en respuesta a una situación concreta.

Sin embargo, una persona excesivamente ansiosa valoraría este pensamiento como muy significativo, revisaría todas las razones por las que este pensamiento podría ser cierto, trataría de reducir la ansiedad a corto plazo (fortaleciéndola efectivamente a largo plazo), y se estresaría mucho por ello.

¿Por qué estoy tan ansioso?

Soy un planificador y me gusta “intentar” y mantener las cosas organizadas. Sin embargo, me olvido de entregar esa ansiedad y ese miedo a Dios. Me recuerdo a mí misma con frecuencia que al final del día, no importa cuán grande o terrible sea mi planificación, SU VOLUNTAD SE HARÁ. Él tiene el control de mi vida, y tengo que aprender a entregarle algunas cosas y confiar en mi propia creencia de que él luchará por mí.

  Ansiedad y sensación de fiebre

“No te preocupes por tu vida, por lo que vas a comer; ni por tu cuerpo, por lo que vas a vestir.    La vida es más que el alimento, y el cuerpo más que la ropa.    Considera a los cuervos: No siembran ni cosechan, no tienen almacén ni granero, y sin embargo Dios los alimenta. Y ¡cuánto más valéis vosotros que los pájaros!    ¿Quién de vosotros, preocupándose, puede añadir una sola hora a su vida?    Ya que no podéis hacer esta pequeñísima cosa, ¿por qué os preocupáis por lo demás?”

“‘Porque yo soy el Señor, tu Dios, que toma tu mano derecha y te dice: No temas; yo te ayudaré.    No temas, porque yo mismo te ayudaré’, declara el Señor, tu Redentor, el Santo de Israel”.

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