Musica para trastorno de ansiedad
Cómo afecta la música al estrés
Todos y cada uno de nosotros hemos probado al menos algunas técnicas diferentes para combatir el estrés o la ansiedad en nuestras vidas. No sólo nos ayuda a sentirnos mejor en general, sino que encontrar formas de controlar los niveles de estrés también es importante para nuestra salud.
Gracias a la investigación moderna, ahora conocemos los efectos nocivos del estrés en el cuerpo. El estrés hace que se liberen sustancias químicas como el cortisol, y aumenta los riesgos graves para la salud, como las enfermedades cardíacas, la obesidad, la depresión, los problemas digestivos, el asma y muchos otros. Además, recientemente se ha publicado un artículo de Harvard y Stanford que ha descubierto algo bastante preocupante: “los problemas de salud derivados del estrés laboral causan por sí solos más muertes que la diabetes, el Alzheimer o la gripe”.
Un equipo de neurocientíficos, que dirigía la doctora Lewis-Hodgson, realizó un estudio sobre terapia de sonido. Los participantes tenían que intentar resolver rompecabezas, que inducían al estrés, con sensores conectados a sus cuerpos. Luego tuvieron que escuchar diferentes canciones mientras los investigadores medían y registraban su ritmo cardíaco, su respiración y su presión arterial.
Por qué la música alivia el estrés
La Dra. Elizabeth Coombes no trabaja, consulta, posee acciones ni recibe financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no ha revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.
Aparece cuando no estamos seguros de lo que va a pasar, o cuando nos sentimos amenazados. E incluso una ansiedad leve puede tener un efecto negativo en nuestra capacidad para llevar una vida productiva. Puede interferir en la capacidad de disfrutar de las cosas sencillas de la vida.
En mi trabajo como musicoterapeuta, he observado el impacto que la música puede tener sobre la ansiedad. Por ejemplo, en las sesiones de imaginación guiada, el terapeuta utiliza música especialmente seleccionada y se invita al cliente a describir lo que siente y las imágenes que la música evoca. Es asombroso lo que se puede conseguir simplemente dejándose tiempo para escuchar y hablar de lo que se ve en el ojo de la mente.
Puede ser tan sencillo como ser más consciente de cómo la música puede afectar a las emociones, o utilizarse para explorar experiencias pasadas o dilemas futuros. También puede utilizarse para encontrar un lugar de confort y una base segura donde encontrar el equilibrio físico y emocional.
La música ayuda a la ansiedad
Uno de los primeros estudios que intentó medir la eficacia de la música para modular la excitación fisiológica en una situación de estrés fue el realizado por Thayer y Levenson (1983). En su estudio, se probaron los efectos de dos piezas musicales en el aumento o la disminución del grado de estrés provocado por la visualización de un vídeo. Se comprobó que las respuestas de conductancia de la piel (SCR) de los participantes aumentaban cuando se reproducía música de terror y disminuían con la música de documentales, en comparación con una condición de silencio. Sus resultados sugieren que la música puede ser un medio eficaz para modular el estrés percibido asociado al visionado de un vídeo. En línea con esto, Eifert et al. (1988) investigaron el impacto de la música valorada positivamente en el condicionamiento evaluativo, es decir, cómo puede llegar a gustarnos algo que nos desagrada, a través de una asociación. El estudio se llevó a cabo con personas que tienen fobia a los animales, y reveló que la música preferida incluida en una sesión de exposición in vivo podía invocar una respuesta afectiva positiva que aumentaba la eficacia del tratamiento. Un posible mecanismo para explicar estos resultados podría ser que cuando la música entra en un conflicto directo con las condiciones estresantes negativas, la excitación podría desplazarse (Yamamoto et al., 2007).
Musicoterapia para la ansiedad y la depresión
En mis años como musicoterapeuta, he escuchado a muchas personas describir la música como una fuerza mágica y misteriosa que de alguna manera impacta en nuestros cerebros, cuerpos y emociones. He escuchado hermosas historias sobre cómo la música ayuda a los niños a aprender o devuelve a un adulto con demencia a un estado coherente, aunque sólo sea por un momento. “Une a la gente”, “es universal”, y algunos incluso dicen: “alimenta el alma”. En este punto, siempre sonrío y respondo: “¿Quieres saber por qué?”.
Todo es humo y espejos. Detrás de los poderes curativos místicos de la música hay razones científicas que explican por qué ejerce tal influencia sobre nuestras mentes. La música es en realidad una combinación de muchos elementos diferentes, como el tono, el tempo y la dinámica. Cuanto más rápida, lenta o ruidosa sea la música, mayor será su impacto en nuestro cerebro. Cuando estos elementos se combinan, se producen cambios drásticos en la fisiología y el comportamiento. Los efectos de la música han sido documentados por los científicos durante años y, a pesar de sus misterios, una cosa es cierta: escuchar música activa todo nuestro cerebro, creando el potencial para que usemos la música para mejorar nuestra forma de pensar, comportarnos y sentir.