Ejercicios físicos para la ansiedad
Ejercicio para el trastorno de ansiedad generalizada
Por desgracia, los sentimientos de estrés y ansiedad son una realidad, una realidad que puede afectar negativamente a tu calidad de vida. En cualquier momento, es muy probable que estés experimentando estrés, y puede ser difícil encontrar formas positivas de manejarlo.
El ejercicio es una de las formas más eficaces de afrontar y manejar el estrés y la ansiedad. El estrés que produce el ejercicio ayuda al cerebro a liberar endorfinas, que sirven como analgésicos naturales. El ejercicio constante, ya sea todos los días o tres veces a la semana, anima al cerebro a liberar endorfinas con regularidad, lo que puede ayudar a mejorar el estado de ánimo.
Hacer ejercicio ayuda al cuerpo a reducir las hormonas del estrés, como el cortisol. En resumen, la liberación de endorfinas combinada con la reducción de las hormonas del estrés te ayuda a sentirte tranquilo y en control de tu vida, gracias al ejercicio. A continuación te presentamos diferentes formas de ejercicio que te ayudarán a frenar el estrés y la ansiedad.
Esta conocida forma de ejercicio también sirve como forma de meditación. Los practicantes de yoga experimentan una serie de beneficios físicos como la mejora de la circulación, una mayor flexibilidad y un núcleo más fuerte. Las sesiones regulares de yoga también pueden ayudar a reducir las posibilidades de padecer hipertensión arterial y enfermedades cardíacas. Los practicantes de yoga también reciben formación sobre cómo lograr la paz mental que lleva a reducir el estrés y la ansiedad.
El ejercicio curó mi ansiedad
Es muy probable que usted, o alguien que conozca, se enfrente a la ansiedad. Uno de cada cinco estadounidenses mayores de 18 años, y uno de cada tres adolescentes de 13 a 18 años, declararon tener un trastorno de ansiedad crónico durante el último año. Y cuando hablo con estudiantes universitarios, no se sorprenden en absoluto de que la friolera del 63% de los estudiantes haya sentido una tremenda ansiedad durante su primer año, según un informe de la National College Health Association.
El precio de la ansiedad puede ser alto: aumenta el riesgo de que una persona sufra otros trastornos psiquiátricos como la depresión, y puede contribuir a la diabetes y a los problemas cardiovasculares. Un estudio aleccionador muestra que las personas con ansiedad tienden a ser más sedentarias y a realizar formas menos intensas de actividad física, si es que hacen alguna. Es irónico, porque atarse las zapatillas y salir a moverse puede ser la mejor solución no médica que tenemos para prevenir y tratar la ansiedad.
Como psiquiatra que estudia los efectos del ejercicio en el cerebro, no sólo he visto la ciencia, sino que he sido testigo de primera mano de cómo la actividad física afecta a mis pacientes. Las investigaciones demuestran que el ejercicio aeróbico es especialmente útil. Un simple paseo en bicicleta, una clase de baile o incluso una caminata rápida pueden ser una herramienta poderosa para quienes sufren de ansiedad crónica. Este tipo de actividades también ayudan a las personas que se sienten demasiado nerviosas y ansiosas ante un examen próximo, una gran presentación o una reunión importante.
El mejor ejercicio para la ansiedad
Ya he hablado de mis problemas de ansiedad y he revelado los mecanismos de afrontamiento más eficaces (y totalmente naturales) que he probado hasta ahora. Y aunque es útil emplear la meditación guiada y los tratamientos de acupuntura, no siempre están disponibles cuando los necesitas. Por ejemplo, la semana pasada. Tuve un día difícil, que comenzó con una ansiedad casi inmovilizadora por la mañana y con vueltas en la cama durante toda la noche. Fue una lucha para pasar el día, calmar mi cuerpo y frenar mi mente, que estaba siempre zumbando. No podía faltar al trabajo para ir a ver a un especialista, así que necesitaba algo que pudiera hacer desde mi oficina o desde el suelo del salón.
Para ayudarme, busqué la experiencia de Kelsey Patel, una experta en bienestar. Patel es una de las principales profesoras de meditación en The Den Meditation en L.A., maestra de reiki, sanadora intuitiva, especialista en técnicas de libertad emocional, instructora de yoga y barre, y coach de empoderamiento espiritual. Si hay alguien que puede ayudar, es ella. Ella sugirió una serie de ejercicios y posturas específicamente dirigidas a aliviar el estrés y la ansiedad de tu cuerpo.
Ejercicios mentales para la ansiedad y la depresión
Siempre hemos sabido que el ejercicio es esencial para la conciliación de la vida laboral y personal y la productividad en el trabajo. De hecho, la falta de movimiento puede ser tan perjudicial como fumar un paquete de cigarrillos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la actividad física tanto en el ocio como en el trabajo para mejorar y mantener una buena salud y bienestar. Ahora, un nuevo estudio publicado en Frontiers In Psychiatry cuantifica el sorprendente impacto que tiene el ejercicio regular en la reducción de la ansiedad. Investigadores suecos estudiaron a casi 400.000 personas y descubrieron que las que llevaban un estilo de vida activo tenían un 60% menos de probabilidades de desarrollar ansiedad en comparación con las personas menos activas físicamente durante un periodo de 21 años.
¿Y tú? ¿Cuál es tu mayor ansiedad en el trabajo y qué puedes hacer al respecto? Si eres como mucha gente, no eres consciente de que estás ansioso cuando trabajas. Tal vez te veas envuelto en tus compromisos y no te des cuenta de los estragos -tanto mentales como físicos- que puede causar la ansiedad. No puedes despedir a tu jefe ni tomar las riendas de la empresa y reestructurarla, pero puedes gestionar mejor tu estrés. El simple hecho de moverse puede reducir el riesgo de sufrir un paro cardíaco repentino en un 92%, según algunas estimaciones. Además, cuando te pones en movimiento, la tensión física y el estrés mental desaparecen, y la solución a un problema meditado se hace evidente. Los expertos afirman que el mero hecho de estar de pie en el escritorio en lugar de sentado puede ayudar. El simple hecho de no estar sentado le proporciona los beneficios del ejercicio. Las nuevas investigaciones demuestran que las breves ráfagas de actividad física aumentan el flujo sanguíneo al cerebro, lo que, a su vez, da energía y despeja la mente.