La ansiedad y el cerebro

La ansiedad y el cerebro

Ataque de ansiedad

Pueden ser síntomas de la respuesta de lucha o huida, la reacción fisiológica de su cuerpo ante la percepción de amenazas físicas o mentales. En general, son signos de ansiedad, la reacción del cuerpo al estrés. Este tipo de ansiedad es normal y se puede esperar que aparezca durante ciertos acontecimientos de la vida y puede durar breves períodos de tiempo.

Sin embargo, las personas con trastornos de ansiedad suelen experimentar estas emociones intensas durante períodos prolongados, lo que puede afectar a su vida cotidiana. Existen varios tipos de trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico y los trastornos relacionados con las fobias, como el trastorno de ansiedad social. Y aunque cada tipo tiene síntomas únicos, el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) es el más común y suele implicar preocupaciones persistentes en relación con acontecimientos y situaciones vitales no específicos.

Se cree que los síntomas de los trastornos de ansiedad son una alteración del centro de procesamiento emocional del cerebro, más que de los centros cognitivos superiores. El sistema límbico del cerebro, compuesto por el hipocampo, la amígdala, el hipotálamo y el tálamo, es responsable de la mayor parte del procesamiento emocional. Las personas que padecen un trastorno de ansiedad pueden tener una mayor actividad en estas áreas.

Cómo afecta la ansiedad al cuerpo

Imagina que estás en un prado recogiendo flores. Sabes que algunas flores son seguras, mientras que otras tienen una abeja dentro que te picará. ¿Cómo reaccionaría usted ante este entorno y, lo que es más importante, cómo reaccionaría su cerebro? Este es el escenario de un entorno de realidad virtual utilizado por los investigadores para comprender el impacto de la ansiedad en el cerebro y cómo las regiones cerebrales interactúan entre sí para dar forma al comportamiento.

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Utilizando la IRMf, los investigadores observaron la actividad cerebral de voluntarios con ansiedad general y social mientras navegaban por un juego de realidad virtual de recoger flores. La mitad de la pradera tenía flores sin abejas, y la otra mitad tenía flores con abejas que les picarían -simuladas por una leve estimulación eléctrica en la mano-. Los investigadores descubrieron que todos los participantes en el estudio podían distinguir entre las zonas seguras y las peligrosas, pero los escáneres cerebrales revelaron que los voluntarios con ansiedad presentaban una mayor activación de la ínsula y el córtex prefrontal dorsomedial, lo que indicaba que su cerebro asociaba una zona segura conocida con el peligro o la amenaza.

Ansiedad corporal

Todo el mundo experimenta cierta ansiedad en algún momento. Las emociones negativas suelen tener un propósito importante. Son la forma que tiene el cerebro de prepararse para afrontar situaciones estresantes o para huir del peligro. Por ejemplo, la ansiedad antes de los exámenes puede hacerte estudiar más y llevarte a rendir mejor en una prueba.

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Para algunas personas, la ansiedad puede ser grave y desproporcionada con respecto al peligro o la situación real. Esto puede causar más daño que beneficio. Las personas con trastornos de ansiedad tienen una preocupación y un miedo intensos y persistentes ante situaciones cotidianas. Estos sentimientos pueden interferir en las actividades diarias, son difíciles de controlar y pueden durar mucho tiempo. Estas personas pueden evitar lugares o situaciones para evitar estos sentimientos. En estos casos, es importante hablar con el equipo sanitario sobre el tratamiento.

Las personas con trastornos de ansiedad suelen sentir que sus preocupaciones no se toman en serio o que “todo está en su cabeza”. Esto minimiza su dolor y malestar, y deja sin tratar las condiciones psiquiátricas y médicas asociadas.

Regiones cerebrales de la ansiedad

Todo el mundo experimenta miedo y ansiedad en algún momento de su vida. El miedo es una respuesta inmediata a un estímulo amenazante específico. La ansiedad, en cambio, es una respuesta menos intensa pero más sostenida a fuentes de ansiedad que pueden ser conocidas. Por ejemplo, uno puede sentirse ansioso ante la posibilidad de ver una serpiente en una excursión por el bosque, mientras que puede experimentar miedo si una se desliza directamente delante de él.

En algunos casos, las personas pueden estar generalmente ansiosas sin saber realmente por qué. Normalmente, el cerebro gestiona nuestro miedo y ansiedad sin permitir que interfieran en nuestro funcionamiento diario. Si hay una amenaza cercana, diferentes áreas del cerebro nos ayudan a dar sentido a la amenaza amplificando o aplacando nuestra ansiedad y miedo.

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Sin embargo, para algunas personas, la ansiedad puede ser abrumadora y puede interferir en la vida diaria. La ansiedad se convierte en un problema cuando estas áreas cerebrales funcionan de forma inadecuada (o no funcionan), desencadenando una serie de comportamientos inapropiados o irracionales. Este tipo de ansiedad duradera puede diagnosticarse como un trastorno de ansiedad. Los trastornos de ansiedad, como el trastorno de pánico o el trastorno de ansiedad social, pueden requerir terapia para que los pacientes puedan llevar una vida normal y feliz.

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