Superar los miedos y la ansiedad

Superar los miedos y la ansiedad

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Evitar los miedos sólo los hace más temibles. Sea cual sea tu miedo, si te enfrentas a él, debería empezar a desaparecer. Si un día tienes pánico a entrar en un ascensor, por ejemplo, lo mejor es que vuelvas a entrar en él al día siguiente.

Trata de imaginar lo peor que puede pasar: tal vez sea entrar en pánico y tener un ataque al corazón. Después, intenta pensar en que te va a dar un ataque al corazón. No es posible. El miedo huirá cuanto más lo persigas.

A veces ayuda desafiar los pensamientos de miedo. Por ejemplo, si tienes miedo de quedarte atrapado en un ascensor y asfixiarte, pregúntate si alguna vez has oído que esto le haya ocurrido a alguien. Pregúntate qué le dirías a un amigo que tuviera un miedo similar.

Tómate un momento para cerrar los ojos e imaginar un lugar seguro y tranquilo. Puede ser una imagen de ti caminando por una hermosa playa, o acurrucado en la cama con el gato a tu lado, o un recuerdo feliz de la infancia. Deja que los sentimientos positivos te tranquilicen hasta que te sientas más relajado.

También puede probar un enfoque de terapia cognitivo-conductual por teléfono, con un servicio como NHS Living Life. Si quiere saber más sobre este servicio con cita previa, puede visitar la página web de Living Life o llamar al 0800 328 9655 (de lunes a viernes, de 13 a 21 horas).

Cómo superar la ansiedad

La montaña rusa vacila durante una fracción de segundo en la cima de su empinada pista tras una larga y lenta subida. Sabes lo que está a punto de ocurrir, y ya no hay forma de evitarlo. Es el momento de agarrarse a la barandilla, con las palmas de las manos sudadas y el corazón acelerado, y prepararse para el salvaje descenso.

  Plantas que reducen la ansiedad

El miedo es una de las emociones humanas más básicas. Está programado en el sistema nervioso y funciona como un instinto. Desde que somos bebés, estamos equipados con los instintos de supervivencia necesarios para responder con miedo cuando percibimos un peligro o nos sentimos inseguros.

El miedo nos ayuda a protegernos. Nos hace estar alerta ante el peligro y nos prepara para afrontarlo. Sentir miedo es muy natural -y útil- en algunas situaciones. El miedo puede ser como una advertencia, una señal que nos advierte de que debemos tener cuidado.

Cuando percibimos el peligro, el cerebro reacciona al instante, enviando señales que activan el sistema nervioso. Esto provoca respuestas físicas, como una aceleración de los latidos del corazón, una respiración rápida y un aumento de la presión arterial. La sangre bombea a los grupos musculares para preparar el cuerpo para la acción física (como correr o luchar). La piel suda para mantener el cuerpo fresco. Algunas personas pueden notar sensaciones en el estómago, la cabeza, el pecho, las piernas o las manos. Estas sensaciones físicas de miedo pueden ser leves o fuertes.

Cómo superar el miedo al fracaso

Amy Morin, LCSW, es la editora en jefe de Verywell Mind. También es psicoterapeuta, autora del exitoso libro “13 Things Mentally Strong People Don’t Do” (13 cosas que no hacen las personas mentalmente fuertes) y presentadora del podcast The Verywell Mind.

  Tomás de la ansiedad

Los artículos de Verywell Mind son revisados por médicos certificados y profesionales de la salud mental. Los revisores médicos confirman que el contenido es exhaustivo y preciso, y que refleja las últimas investigaciones basadas en la evidencia. El contenido se revisa antes de su publicación y en caso de actualizaciones sustanciales. Más información.

Tener un poco de miedo es normal. De hecho, el miedo le ayuda a protegerse instintivamente del daño. El miedo puede ayudarte a reconocer cuando estás a punto de hacer algo peligroso, y puede ayudarte a tomar una decisión más segura.

Sin embargo, es posible que tengas miedo a cosas que no son realmente peligrosas, como hablar en público. Tu miedo a hablar en público podría impedirte avanzar en tu carrera o participar en tradiciones como hacer un brindis en la boda de tu mejor amigo.

Si realmente quieres irte de vacaciones a Europa, pero tu miedo a volar te hace dudar, puede que sientas que tu miedo te impide vivir tu sueño.  Si ves que tu miedo te frena o te crea problemas mayores en tu vida, enfrentarte a él puede ayudarte a aprender a enfrentarte mejor al miedo y, en última instancia, a superarlo.

Cómo afrontar la ansiedad

Dice el refrán que “lo único que hay que temer es el propio miedo”, pero hay muchas cosas que dan miedo. Saber cómo superar el miedo y la ansiedad es crucial. Gestionar bien nuestro miedo y nuestra ansiedad -y conocer la diferencia entre ambos- es importante para nuestra salud mental y nuestro éxito profesional.

  Mareos y visión borrosa por ansiedad

Cuando vivíamos en cuevas, necesitábamos evaluar constantemente si estábamos a salvo. Una sensibilidad muy afinada a las posibles amenazas era necesaria para sobrevivir. No experimentamos los mismos tipos de estrés que hace miles de años, pero la respuesta es prácticamente la misma.

Nuestros cuerpos -y cerebros- reaccionan a ambos tipos de amenazas de la misma manera. En otras palabras, da igual que la amenaza sea física, emocional o social. Las campanas de alarma del sistema nervioso autónomo no distinguen entre hablar en público y un tigre de dientes de sable. De hecho, muchos de nosotros preferiríamos esto último.

Aunque sea desagradable, el miedo es una respuesta saludable. Nuestra respuesta de lucha o huida nos mantiene vivos, seguros y prósperos. Sin embargo, cuando el miedo constante te impide vivir la vida al máximo, se convierte en ansiedad.

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