Ataques de ansiedad diarios

Trastorno de ansiedad generalizada

Los individuos con trastorno de pánico sufren regularmente episodios intensos de ansiedad, conocidos como ataques de pánico (véase más adelante). Se preocupan mucho por tener más ataques, o por lo que los ataques implican o pueden causar, o han hecho cambios en sus comportamientos a causa de los ataques.

Los ataques de pánico comienzan de forma repentina y suelen alcanzar su punto álgido rápidamente, a los 10 minutos o menos de comenzar. Pueden producirse múltiples ataques de diferentes intensidades a lo largo de varias horas, lo que puede dar la sensación de que un ataque de pánico se va sucediendo al siguiente, como si fueran olas. Al principio, los ataques de pánico parecen surgir “de la nada”, pero con el tiempo la persona puede llegar a esperarlos en determinadas situaciones. Si una persona empieza a evitar estas situaciones por miedo a un ataque de pánico, también puede tener agorafobia (véase más adelante).

Algunas personas sufren ataques de pánico a diario o semanalmente. Los síntomas externos de un ataque de pánico suelen provocar dificultades sociales, como vergüenza, estigmatización o aislamiento social. Sin embargo, las personas que han sufrido estos ataques durante mucho tiempo suelen ser capaces de contener los signos externos incluso de ataques de pánico muy intensos. A veces, las personas sufren ataques más leves con sólo 3 o menos de los síntomas mencionados, que se conocen como ataques de síntomas limitados (véase más adelante).

Ataque de pánico frente a ataque de ansiedad

El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) agrupa los ataques de pánico en dos categorías: esperados o inesperados. Si siente que ha tenido un ataque de pánico sin motivo, es probable que haya experimentado uno que se consideraría inesperado.

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Los ataques de pánico esperados suelen estar asociados a un desencadenante específico, como las multitudes, los vuelos o los exámenes, mientras que los ataques de pánico inesperados no tienen un desencadenante aparente y pueden parecer que ocurren sin motivo.

Los ataques de pánico suelen producirse como resultado de una mala interpretación de los síntomas físicos de la ansiedad. Las palpitaciones pueden confundirse con los síntomas de un ataque al corazón, la falta de aire o la sensación de desmayo pueden interpretarse como una señal de que la persona se está desmayando o muriendo, y los pensamientos acelerados pueden llevar a la persona a pensar que está perdiendo el control de su mente.

Si sufres ataques de pánico, es importante que practiques el autocuidado y te enseñes estrategias de relajación que te ayuden a controlarlos. También se recomienda buscar apoyo profesional para los ataques de pánico, ya que esto puede ayudarle a controlarlos de forma eficaz y evitar que se produzcan en el futuro.

Síntomas de ansiedad social

Los ataques de pánico pueden ser muy aterradores e intensos, pero no son peligrosos. Un ataque no le causará ningún daño físico, y es poco probable que le ingresen en el hospital si ha tenido un ataque de pánico.

El trastorno de pánico es tratable, pero para recuperarse completamente es importante que busques ayuda médica lo antes posible. El tratamiento del trastorno de pánico es mucho más eficaz si se administra en una fase temprana.

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Si no se trata, el trastorno de pánico puede convertirse en una enfermedad muy debilitante y aislante. También puede aumentar el riesgo de desarrollar otras enfermedades mentales, como la agorafobia u otras fobias.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que síntomas como la aceleración de los latidos del corazón y la falta de aliento no provocan un ataque al corazón. Aunque los ataques de pánico suelen ser aterradores, no causan ningún daño físico. Las personas que han padecido un trastorno de pánico durante algún tiempo suelen aprender a reconocer esta “sensación de ataque al corazón” y son más conscientes de cómo controlar sus síntomas.

Tratamiento del trastorno de pánico

Un ataque de pánico es un miedo o ansiedad repentinos e intensos. Puede hacer que le falte la respiración, que se maree o que su corazón lata con fuerza. Puede sentirse fuera de control. Algunas personas creen que están teniendo un ataque al corazón o que están a punto de morir. Un ataque suele durar de 5 a 20 minutos. Pero puede durar más, hasta unas horas. Si estos ataques se producen con frecuencia, se denominan trastorno de pánico.

Los expertos no están seguros de qué causa los ataques de pánico y el trastorno de pánico. Los ataques se producen cuando uno se siente estresado o percibe peligro aunque no lo haya. Pueden ser más probables si se tienen antecedentes familiares de trastorno de pánico. Pueden ser desencadenados por factores como la depresión, los niveles elevados de estrés y el consumo excesivo de alcohol.

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Cuando se padece un trastorno de pánico, se sufren ataques de pánico repetidos e inesperados. Y puede preocuparse de que vaya a tener otro ataque. Debido a este miedo, puede cambiar sus actividades diarias para evitar situaciones que puedan desencadenarlo.

Su médico le preguntará sobre su salud y sus síntomas y le hará un examen físico. Es posible que le hagan análisis de sangre para descartar otras causas de sus síntomas. Puede tener un trastorno de pánico si tiene al menos dos ataques de pánico inesperados, se preocupa por tener otro ataque y evita las situaciones que puedan desencadenarlo.

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