Tocar senos reduce la ansiedad

¿Tocar los pechos provoca cáncer?

Los quistes mamarios son una afección benigna (no cancerosa). Son una de las causas más comunes de un bulto en el pecho, y pueden desarrollarse en uno o en ambos pechos. Se cree que se desarrollan de forma natural a medida que la mama cambia con la edad debido a los cambios normales en los niveles hormonales. Es habitual tener más de un quiste.

Los quistes mamarios pueden ser blandos o duros y pueden tener cualquier tamaño, desde unos pocos milímetros hasta varios centímetros. Suelen tener forma ovalada o redonda y pueden desarrollarse rápidamente en cualquier parte de la mama. Para algunas personas, los quistes pueden resultar incómodos e incluso dolorosos. Antes de la menstruación, los quistes pueden aumentar de tamaño y sentirse doloridos y sensibles al cambiar los niveles hormonales. Sin embargo, muchas mujeres pueden tener quistes y no sentirlos en absoluto.

Los pechos están formados por lobulillos (glándulas productoras de leche) y conductos (tubos que llevan la leche al pezón). Las glándulas productoras de leche están rodeadas de tejido fibroso de soporte y grasa, conocido como tejido mamario. Este tejido da a los pechos su tamaño y forma. A veces, las glándulas mamarias pueden llenarse de líquido; se trata de quistes mamarios.

Los pechos de las mujeres son buenos para la salud de los hombres

Alemania también sabe lo que hay. Un estudio alemán, publicado en el New England Journal of Medicine, concluye que mirar los pechos de las mujeres durante unos minutos al día es mejor para la salud que ir al gimnasio. Ahora bien, no estamos abogando por que dejes de hacer ejercicio, pero está claro que mirar un hermoso par de pechos también es bueno para ti.

“Sólo 10 minutos de mirar los encantos de las mujeres bien dotadas equivale a 30 minutos de ejercicio aeróbico. La excitación sexual hace que el corazón bombee y mejore la circulación sanguínea. No hay duda: contemplar unos pechos grandes hace que los hombres estén más sanos”.

También recomienda que los hombres de más de 40 años dediquen al menos 10 minutos diarios a admirar pechos de talla D o superior. Así que ahí lo tienen, amigos, la prueba científica de que mirar y tocar los pechos es bueno para la salud. Si no tienes un par de pechos frescos a mano, no temas, hemos creado la almohada para pechos más reconfortante del mundo por esa misma razón. Así que coge tu par de pechos favorito o tu almohada con forma de pecho y empieza a relajarte hoy mismo.

¿Jugar con los pechos aumenta el crecimiento?

Se ha comprobado tras un reciente estudio realizado en la Universidad Médica de Santa Fe, Colombia, que la ansiedad en los hombres puede reducirse hasta en un 90% tocando los pechos de las mujeres, sobre todo si son amigas, haciendo que la estrecha relación aporte más confianza al hombre. Esto se ha demostrado con 200 hombres de entre 20 y 60 años. “Pues si mis amigos me dejan tocarle las tetas, me pongo ansioso, pongo el corazón a 200” fue una de las respuestas dadas por las personas a las que se les hizo la pregunta.

Evidentemente, este método para combatir la ansiedad no puede ser recomendado por los médicos, porque se denunciaría inmediatamente si el médico dijera “si estás tenso y sientes presión en el pecho, es ansiedad, pide a tus amigos que se toquen las tetas”

Oxitocina

Ocurrió un jueves por la noche. Estaba tumbada en la cama viendo mi duodécimo episodio consecutivo de Schitt’s Creek cuando sentí una mano, una mano conocida, ahuecando mi teta izquierda. Era mi propia mano. Ah, sí, el viejo abrazo del pecho. Lo mencioné en mis Insta Stories (no soy más que una humilde servidora del TMI desvergonzado), e internet básicamente dijo: “Lo mismo”. Una persona escribió que la posición mano-teta la hacía sentir tan acogedora como una ardilla con sus patas en el pecho. Ah. Otra me dijo que sostiene las suyas porque “son cálidas y blandas y agradables”.

Sí, lo de cálidos y blandos y agradables, pero permíteme ponerme técnico por un segundo (sí, lo he investigado): Cuando la mano se junta con la teta, se estimulan los nervios que hacen que la glándula pituitaria del cerebro libere oxitocina, una hormona que hace sentirse bien y que se asocia con los acurrucamientos, me dijo la psicóloga clínica Meghan Jablonski, PhD. Es el nivel de relajación y comodidad que se asocia, por ejemplo, a una gran copa de vino y a un perro faldero aún más gordo.

Vale, ¿pero sigue pareciendo raro que nuestros dedos se sientan naturalmente atraídos por nuestros pechos? No es así, dice la experta en lenguaje corporal Blanca Cobb. En primer lugar, y lo más obvio, las tetas son fácilmente accesibles para nuestras manos. Y cuando estamos relajados, nuestros dedos y palmas están ligeramente curvados. Lo que significa: Una mano relajada = un nido de tetas perfecto. Nuestro pecho es también el lugar donde guardamos mucho estrés, dice Cobb. Acariciar los adornos situados en esta zona repleta de sentimientos nos ayuda a acomodarnos y a dejar que esa mierda se vaya. Literalmente… nos quitamos cosas de encima. Así que, básicamente, coger las tetas es un magnífico superpoder para combatir el estrés. Aprieta. Nadie está juzgando.