La ansiedad causa dolores musculares
Tensión muscular crónica
La ansiedad es un sentimiento normal; sin embargo, cuando uno experimenta una preocupación excesiva, tensión y sentimientos de ansiedad a diario, puede causar síntomas y respuestas físicas muy importantes.
Estar estresado o ansioso hace que el cuerpo segregue hormonas del estrés en el torrente sanguíneo, donde viajan a puntos específicos del cuerpo para provocar cambios fisiológicos, psicológicos y emocionales específicos. Estos cambios aumentan la capacidad del cuerpo para hacer frente a la amenaza percibida. Uno de los cambios fisiológicos que provoca la respuesta al estrés es que hace que los músculos del cuerpo se contraigan (se tensen). Los músculos tensos hacen que el cuerpo sea más resistente a los ataques cuando se encuentra en situaciones de peligro.
Sin embargo, cuando las respuestas al estrés se producen con demasiada frecuencia, el cuerpo puede permanecer en un estado de preparación para la emergencia y/o convertirse en una hiperestimulación de la respuesta al estrés. Esta hiperestimulación puede hacer que los músculos permanezcan tensos y apretados. Los dolores de cabeza, el dolor muscular, la tensión muscular, los músculos tensos y la rigidez son síntomas comunes de la hiperestimulación de la respuesta al estrés.
El estrés puede causar debilidad muscular
La ansiedad puede afectar a muchas partes del cuerpo. No es sólo mental, sino que puede causar síntomas y reacciones físicas muy importantes que pueden cambiar drásticamente su capacidad de vivir y funcionar con normalidad y comodidad.
No es de extrañar que la ansiedad pueda ser increíblemente angustiosa. Pero lo que quizá no sepas es que la ansiedad también puede afectarte indirectamente, por ejemplo, provocando reacciones físicas que te apartan de las cosas que te gustan. Un ejemplo de este tipo de respuesta es el dolor muscular, que afecta a muchas personas con ansiedad y puede, en cierto modo, provocar más ansiedad. Además, el dolor muscular puede impedir que una persona salga, vea a sus amigos o haga deporte, por ejemplo, lo que dificulta que esa persona disfrute de actividades recreativas a las que otros se dedican normalmente.
Son muchos los problemas que pueden causar dolor muscular. Pero no se puede negar que la ansiedad puede tener un efecto muy importante en los músculos. Sólo una pequeña muestra de las explicaciones de los vínculos entre la ansiedad y el dolor muscular incluyen:
Debilidad muscular por ansiedad
“La mayoría de las personas experimentan realmente la ansiedad como un problema físico”, dijo Jason Conover, trabajador social del Hospital Utah Valley de Intermountain Healthcare. “A menudo no se reconoce porque los síntomas físicos son tan evidentes y bastante preocupantes que podrían pensar que están experimentando otra cosa – por ejemplo, un ataque al corazón”.
La ansiedad genera tensión en todo el cuerpo. Según Conover, el cerebro puede reaccionar a los pensamientos de miedo y recurrir a los músculos para que se preparen para un momento que no se va a producir. Algo así como si estuvieras a punto de tener un accidente o protegiendo tu cuerpo para recibir un puñetazo. La acción nunca ocurre, pero químicamente acabas de experimentarlo sólo por un pensamiento de miedo aleatorio que se ha colado.
Tratar la ansiedad es importante para mejorar la salud mental y también la física. La inflamación se acumula a causa del estrés, y la inflamación es una de las causas de numerosas enfermedades crónicas, como las afecciones cardíacas y gastrointestinales.
Respiración – Debido a la tensión, la respiración puede cambiar, dice Conover. La respiración puede volverse más corta, superficial o incluso aguantar la respiración demasiado tiempo. Los pulmones no exhalan completamente debido a la tensión. Las técnicas de relajación y respiración pueden ayudar.
Dolores musculares por ansiedad
Cuando comienza un ataque de ansiedad, la respiración puede cambiar. Algunas personas experimentan un aumento drástico de la frecuencia respiratoria, mientras que otras encuentran que su respiración se vuelve más superficial. Es importante tener en cuenta que este cambio en la respiración puede ser un síntoma de otra condición o enfermedad y no indica necesariamente la presencia de un trastorno de ansiedad.
El pulso puede empezar a acelerarse. Su respiración se vuelve superficial y puede perder el control de su respiración por completo. Es posible que empiece a hiperventilar o a sentir que no recibe suficiente aire. Puedes recuperar el control de tu respiración siguiendo esta sencilla técnica: Siéntate en un lugar tranquilo y seguro en el que no haya ningún desencadenante de tus ataques de ansiedad o pánico.Coloca una mano en el pecho, justo encima del músculo del diafragma, en la parte inferior de la caja torácica. Coloque la otra mano sobre el estómago y por debajo del músculo del diafragma, en la zona blanda entre el ombligo y las costillas. Debería sentir que el aire llena sus pulmones mientras su vientre empieza a sobresalir ligeramente hacia fuera, de forma similar a como se llena de aire un globo al inflarlo. Es importante respirar profundamente en el abdomen y no en la zona del pecho.Ahora exhale a través de los labios fruncidos, que es como hacer un mohín pero con muy poco esfuerzo. Al exhalar, intente expulsar el aire sobrante de los pulmones con la mano situada sobre el músculo del diafragma.