El alcohol afecta la ansiedad

El alcohol afecta la ansiedad

La verdad sobre la ansiedad severa y el abuso del alcohol

La ansiedad es un sentimiento de preocupación o miedo por lo que va a ocurrir.1 Puede ser leve o grave y afectar a sus pensamientos, a la forma en que se siente y, a menudo, tiene síntomas físicos como el aumento del ritmo cardíaco, lo que le hace sudar o temblar.2

La mayoría de las personas se sienten ansiosas de vez en cuando. Es una respuesta humana natural y suele pasar una vez superada la situación, por ejemplo en torno a una entrevista de trabajo. Pero si sus sentimientos de ansiedad son constantes, abrumadores o afectan a su vida diaria, hay cosas que puede hacer y apoyo disponible para ayudarle a manejarla.

Los médicos utilizan varias categorías médicas relacionadas con la ansiedad: el trastorno de ansiedad generalizada (TAG), la ansiedad social, los ataques de pánico y las fobias.3 Una cosa que tienen en común es que hacen que el cuerpo entre en modo “lucha o huida”, liberando hormonas en el torrente sanguíneo para prepararse para reaccionar o huir.4

El alcohol es un depresor. El alcohol es un depresor que ralentiza los procesos cerebrales y del sistema nervioso central, y puede hacer que inicialmente te sientas menos inhibido.10,11 A corto plazo, puedes sentirte más relajado, pero estos efectos desaparecen rápidamente.

Los efectos del alcohol y la ansiedad

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Muchos adultos consumen alcohol de forma responsable. Para algunas personas, esto puede significar tomar una copa de vez en cuando para relajarse después de un largo día o para celebrar una reunión. En estas situaciones, el consumo de alcohol se considera socialmente aceptable, incluso habitual.

Sin embargo, incluso un consumo limitado de alcohol puede presentar problemas para algunas personas. En algunos casos, las personas que padecen ciertas enfermedades mentales, como la ansiedad o el trastorno de pánico, pueden desarrollar una relación poco saludable con el alcohol.

Una revisión de estudios publicada en 2012 descubrió que los trastornos de ansiedad y los trastornos por consumo de alcohol suelen darse juntos. Se han propuesto varias explicaciones para este vínculo, como la genética, el entorno de la persona y los mecanismos cerebrales relacionados con los síntomas de adicción y ansiedad. Dada la posible conexión, no es de extrañar que las investigaciones adicionales hayan demostrado que el tratamiento de una de las afecciones requiere abordar adecuadamente las otras.

La Dra. Sarah Jarvis habla de cómo el alcohol puede afectar a la salud mental

La relación entre el alcohol y la salud mental es compleja. Algunas personas pueden beber alcohol para relajarse o para ayudar a afrontar las tensiones diarias; sin embargo, el alcohol es una droga depresiva 1 que puede provocar ansiedad y aumentar el estrés. El alcohol puede afectar negativamente a los pensamientos, los sentimientos y las acciones, y contribuir al desarrollo de los problemas de salud mental existentes o a su empeoramiento con el tiempo.

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En resumen, aunque el alcohol puede ser una estrategia de afrontamiento habitual, no es una solución eficaz. El alcohol es una droga depresiva que puede afectar a nuestra salud mental y bienestar y dañar nuestro organismo tanto a corto como a largo plazo.

El alcohol ralentiza el sistema nervioso central. El sistema nervioso central controla los pensamientos y el modo en que el cerebro habla con el cuerpo. Los efectos más inmediatos del alcohol se producen en el cerebro1 y afectan a la forma de pensar, sentir y comportarse.

Aunque una copa de vino o una cerveza después de un día estresante o difícil puede ayudar a relajarse, a largo plazo puede contribuir a aumentar el estrés, la ansiedad y la depresión, y a incrementar el consumo general de alcohol. Esto se debe a que el alcohol modifica el cerebro y esto hace que se agoten las sustancias químicas de nuestro cerebro que ayudan a reducir la ansiedad de forma natural. Como resultado, podemos sentirnos aún más estresados, ansiosos o deprimidos, y luego sentir que necesitamos más alcohol para ayudar a sobrellevar estos sentimientos abrumadores de ansiedad.2

Alcohol y salud mental

Después de un día duro, muchas personas abren una botella de cerveza o vino para relajarse y desestresarse. Aunque al principio puede hacer que te sientas mejor, beber alcohol con regularidad puede empeorar el estrés y la ansiedad.

Tomar una copa es una solución rápida pero engañosa. El alcohol afecta a las sustancias químicas del cerebro, ralentizando (deprimiendo) el funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso central. Afecta a la parte del cerebro que controla la inhibición (el proceso de frenar tus impulsos o ciertos comportamientos debido a factores como la moral o la falta de confianza). Por eso, después de una o dos copas puedes sentirte menos ansioso y más seguro de ti mismo, o “perder las inhibiciones”.

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Los cambios químicos en el cerebro pueden hacer que empiecen a aparecer más sentimientos negativos, como ansiedad, depresión, ira o agresividad. Esto se debe a que el alcohol afecta a los neurotransmisores del cerebro. Son sustancias químicas que envían mensajes de un nervio a otro del cerebro. El alcohol impide que funcionen correctamente y tiene un impacto negativo en la salud mental y el bienestar.

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