Mini ataques de ansiedad
Síntomas físicos de la ansiedad
Todos hemos sentido ansiedad -el nerviosismo antes de una cita, un examen, una competición, una presentación-, pero ¿qué es exactamente? La ansiedad es la forma que tiene nuestro cuerpo de prepararse para afrontar un reto. Nuestro corazón bombea más sangre y oxígeno para que estemos preparados para la acción. Estamos alerta y realizamos las tareas físicas y emocionales con mayor eficacia. (Véase también Ansiedad ante los exámenes para obtener consejos sobre cómo afrontarlos).
Es normal sentirse ansioso cuando nuestra seguridad, salud o felicidad se ven amenazadas; sin embargo, a veces la ansiedad puede llegar a ser abrumadora y perturbadora e incluso puede ocurrir sin ninguna razón identificable. Los ataques excesivos y duraderos de preocupación pueden reflejar un trastorno de ansiedad.
Cualquiera puede experimentar estos síntomas en momentos de estrés. Sin embargo, los individuos con trastornos de ansiedad pueden experimentarlos en ausencia de estrés, con síntomas más graves y/o con varios síntomas que aparecen juntos.
El Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) se caracteriza por una preocupación y tensión crónicas y exageradas, mucho más que la ansiedad típica que la mayoría de la gente experimenta en su vida diaria. Las personas pueden presentar temblores, espasmos, tensión muscular, náuseas, irritabilidad, falta de concentración, depresión, fatiga, dolores de cabeza, mareos, falta de aire o sofocos.
Cómo detener una crisis de ansiedad
Los ataques de pánico pueden resultar muy aterradores, especialmente para los niños, pero normalmente pueden detenerse con tratamiento. Es importante saber que un ataque de pánico no causa ningún daño y que, aunque no lo sienta durante un ataque, la sensación pasará.
Un ataque de pánico es una sensación de miedo y ansiedad que puede invadirnos de forma repentina y que suele ir acompañada de intensos síntomas físicos, como mareos, falta de aire y aceleración del corazón.
No siempre está claro qué causa los ataques de pánico en los niños o en los adultos. Lo que sabemos es que sentirse ansioso por algo o experimentar algo difícil o estresante puede provocar un ataque de pánico. Estas situaciones incluyen:
Algunos niños empiezan a evitar situaciones en las que temen que pueda producirse un ataque de pánico. Los adolescentes pueden consumir alcohol o drogas para reducir su ansiedad. Si no se reconocen y tratan, los ataques de pánico pueden causar complicaciones futuras en los niños, como depresión grave y comportamiento suicida.
Si su hijo experimenta un ataque de pánico, puede sentirse fuera de control con lo que sucede a su alrededor, asustado de que su cuerpo esté en peligro o incluso como si estuviera muriendo. Nuestro cuerpo puede reaccionar de diferentes maneras a los ataques de pánico. Algunas de estas reacciones son
Significado del trastorno de ansiedad
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Es posible que oiga utilizar indistintamente los términos “ataque de ansiedad” y “ataque de pánico”. Esto es comprensible, dado que comparten algunos síntomas comunes. Sin embargo, los profesionales de la salud conductual utilizan estos términos para referirse a síntomas y trastornos específicos, y tienen características diferentes.
Un ataque de pánico se caracteriza por una oleada abrupta de miedo o malestar intenso acompañada de otros síntomas físicos y mentales. Los ataques de pánico son episódicos y suelen alcanzar su punto álgido en minutos u horas.
La ansiedad, por su parte, forma parte de las respuestas emocionales y de protección que el cuerpo humano tiene programadas. Se convierte en un problema cuando es prolongada, excesiva y perturbadora de la vida cotidiana, en cuyo caso se denomina trastorno de ansiedad. Aunque los síntomas intensos de ansiedad pueden parecer un ataque, el “ataque de ansiedad” no es un diagnóstico reconocido.
Lo que desencadena la ansiedad
El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) agrupa los ataques de pánico en dos categorías: esperados o inesperados. Si tiene la sensación de haber sufrido un ataque de pánico sin motivo, es probable que haya experimentado uno que se considere inesperado.
Los ataques de pánico esperados suelen estar asociados a un desencadenante específico, como las multitudes, los vuelos o los exámenes, mientras que los ataques de pánico inesperados no tienen un desencadenante aparente y pueden parecer que ocurren sin motivo.
Los ataques de pánico suelen producirse como resultado de una mala interpretación de los síntomas físicos de la ansiedad. Las palpitaciones pueden confundirse con los síntomas de un ataque al corazón, la falta de aire o la sensación de desmayo pueden interpretarse como una señal de que la persona se está desmayando o muriendo, y los pensamientos acelerados pueden llevar a la persona a pensar que está perdiendo el control de su mente.
Si sufres ataques de pánico, es importante que practiques el autocuidado y te enseñes estrategias de relajación que te ayuden a controlarlos. También se recomienda buscar apoyo profesional para los ataques de pánico, ya que esto puede ayudarle a controlarlos de forma eficaz y evitar que se produzcan en el futuro.