Ejercicios para trabajar la ansiedad
La ansiedad y la respiración
¿Alguna vez se ha encontrado rumiando sin cesar algo de su pasado o de su futuro, lo que le lleva a sentirse tenso, nervioso, aprensivo o estresado? Si es así, es posible que haya experimentado ansiedad.
La ansiedad es una parte normal de la vida. Es el sistema de alarma de nuestro cerebro que nos ayuda a identificar las cosas de nuestro entorno que creemos que pueden suponer un riesgo para nuestra salud y bienestar. La aparición de una enfermedad aguda o crónica, por ejemplo, puede desencadenar nuestra ansiedad, haciéndonos sentir inseguros y temerosos. Esta preocupación perpetua puede afectar a nuestra forma de sentir, de pensar y de comportarnos.
La mente puede empezar a divagar durante el proceso. Si surgen distracciones (pensamientos sobre la cena de esta noche o esos correos electrónicos del trabajo sin leer), simplemente observa la intrusión y déjala pasar. Vuelve a centrar tu atención en el ejercicio y continúa con él.
La respiración cuadrada ayuda a regular la cantidad de oxígeno y dióxido de carbono en nuestro cuerpo, que a menudo puede estar desequilibrada cuando hay ansiedad. La respiración cuadrada consiste en inspirar, retener la respiración, exhalar y retenerla de nuevo, todo ello durante cuatro cuentas cada una.
El mejor ejercicio para la ansiedad
Una de las herramientas más poderosas para ayudar con la ansiedad aguda y crónica es nuestra respiración. La respiración es un método único para aliviar la ansiedad porque es automática y autocontrolada, lo que significa que aunque respiramos inconscientemente, la forma en que lo hacemos puede ser manipulada o ajustada.
La ansiedad es “una sensación persistente de preocupación, nerviosismo o malestar, normalmente por un acontecimiento inminente o algo con un resultado incierto, aunque puede producirse incluso en ausencia de un factor estresante o desencadenante”, según el doctor John Kennedy, cardiólogo certificado, autor y director médico de cardiología preventiva y bienestar en el Hospital Marina Del Rey de California.
Tanto el estrés como la ansiedad activan el sistema nervioso simpático y provocan la liberación de las hormonas del estrés, la adrenalina y el cortisol, lo que provoca cambios fisiológicos conocidos como “respuesta al estrés””, explica el Dr. Kennedy.
Además, el estrés y la ansiedad no suelen encontrarse solos, añade la facilitadora de la respiración y sanadora de sonido de cuarta generación Shanila Sattar. “Tienden a bailar el uno con el otro. Mientras que los factores estresantes de la vida pueden conducir a la ansiedad, la ansiedad prolongada puede contribuir al estrés”, afirma.
Ayuda contra la ansiedad
Es una reacción natural a una “amenaza” que se produce en un momento determinado de la respuesta al estrés de nuestro cuerpo. En estas situaciones, el sistema nervioso simpático y el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HPA) se ponen en marcha.
Hay muchas investigaciones que demuestran que el ejercicio puede ayudar a las personas a controlar los síntomas de la ansiedad. Un estudio analizó a 54 estudiantes universitarios sedentarios con trastorno de ansiedad generalizada. Se les dividió en dos grupos.
Un grupo corrió en cintas de correr a un 60-90% de su frecuencia cardíaca máxima. El segundo grupo caminó. Aunque ambos grupos mostraron una reducción de los niveles de ansiedad, el ejercicio riguroso funcionó con mayor rapidez y eficacia. Curiosamente, los estudiantes de este grupo declararon tener menos miedo a los síntomas físicos de la ansiedad.
Cuando aumentamos nuestro ritmo cardíaco y nuestra respiración en el contexto del ejercicio, aprendemos que estos signos físicos no conducen necesariamente a un ataque de ansiedad. Nos sentimos más cómodos con la excitación de nuestro cuerpo y no asumimos automáticamente que la excitación es algo malo.
Ejercicio y depresión
Depresión y ansiedad: El ejercicio alivia los síntomasLos síntomas de la depresión y la ansiedad suelen mejorar con el ejercicio. He aquí algunos consejos realistas que le ayudarán a empezar y a mantenerse motivado.Por el personal de Mayo Clinic
El ejercicio ayuda a prevenir y mejorar una serie de problemas de salud, como la presión arterial alta, la diabetes y la artritis. Las investigaciones sobre la depresión, la ansiedad y el ejercicio demuestran que los beneficios psicológicos y físicos del ejercicio también pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad.
Los vínculos entre la depresión, la ansiedad y el ejercicio no están del todo claros, pero el ejercicio y otras formas de actividad física pueden aliviar definitivamente los síntomas de la depresión o la ansiedad y hacer que te sientas mejor. El ejercicio también puede ayudar a evitar que la depresión y la ansiedad vuelvan a aparecer una vez que te sientas mejor.
Algunas investigaciones demuestran que la actividad física, como caminar con regularidad, y no sólo los programas formales de ejercicio, pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo. La actividad física y el ejercicio no son lo mismo, pero ambos son beneficiosos para la salud.