Ansiedad en el cuerpo

Ansiedad en el cuerpo

Sensación de ansiedad en el cuerpo

ResumenExperimentar ansiedad ocasionalmente es una parte normal de la vida. Sin embargo, las personas con trastornos de ansiedad suelen tener una preocupación y un miedo intensos, excesivos y persistentes ante situaciones cotidianas. A menudo, los trastornos de ansiedad implican episodios repetidos de sentimientos repentinos de intensa ansiedad y miedo o terror que alcanzan un pico en cuestión de minutos (ataques de pánico).

Estos sentimientos de ansiedad y pánico interfieren en las actividades cotidianas, son difíciles de controlar, no guardan proporción con el peligro real y pueden durar mucho tiempo. Es posible que se eviten lugares o situaciones para evitar estas sensaciones. Los síntomas pueden comenzar durante la infancia o la adolescencia y continuar en la edad adulta.

Algunos ejemplos de trastornos de ansiedad son el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de ansiedad social (fobia social), las fobias específicas y el trastorno de ansiedad por separación. Se puede tener más de un trastorno de ansiedad. A veces, la ansiedad es el resultado de una afección médica que necesita tratamiento.

Es posible que tus preocupaciones no desaparezcan por sí solas y que empeoren con el tiempo si no buscas ayuda. Consulte a su médico o a un profesional de la salud mental antes de que su ansiedad empeore. Es más fácil de tratar si buscas ayuda a tiempo.

Síntomas de ansiedad física sin sentirse ansioso

Pueden ser síntomas de la respuesta de lucha o huida, la reacción fisiológica de su cuerpo a las amenazas físicas o mentales percibidas. En general, son signos de ansiedad, la reacción del cuerpo al estrés. Este tipo de ansiedad es normal y se puede esperar que aparezca durante ciertos acontecimientos de la vida y puede durar breves períodos de tiempo.

  Musica para ansiedad y miedo

Sin embargo, las personas con trastornos de ansiedad suelen experimentar estas emociones intensas durante períodos prolongados, lo que puede afectar a su vida cotidiana. Hay varios tipos de trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico y los trastornos relacionados con las fobias, como el trastorno de ansiedad social. Y aunque cada tipo tiene síntomas únicos, el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) es el más común y suele implicar preocupaciones persistentes en relación con acontecimientos y situaciones vitales no específicos.

Se cree que los síntomas de los trastornos de ansiedad son una alteración del centro de procesamiento emocional del cerebro, más que de los centros cognitivos superiores. El sistema límbico del cerebro, compuesto por el hipocampo, la amígdala, el hipotálamo y el tálamo, es responsable de la mayor parte del procesamiento emocional. Las personas que padecen un trastorno de ansiedad pueden tener una mayor actividad en estas áreas.

Síntomas de un ataque de ansiedad

Es normal sentirse ansioso, nervioso o preocupado en ocasiones. Quizá te hayas sentido ansioso cuando has tenido que hablar delante de un grupo. O nervioso antes de una prueba o un examen importante. Tal vez te hayas sentido ansioso cuando no estabas seguro de que tu entorno fuera seguro. O te has preocupado cuando un ser querido estaba enfermo.

Los sentimientos de ansiedad pueden ser incómodos, pero sirven para algo. Te advierten de que algo importante para ti está en juego. Con los sentimientos de ansiedad, puedes pensar: “Tengo que hacerlo bien aquí”. O: “Esto cuenta, prepárate”. O: “Ten cuidado”.

  Tegretol para la ansiedad

La ansiedad pone en marcha la respuesta de lucha o huida del cuerpo. Es una liberación normal de hormonas que te ayuda a reunir la concentración y la energía que necesitas para un reto o una posible amenaza. La respuesta de lucha o huida provoca las sensaciones físicas que pueden producirse con la ansiedad.

Por ejemplo, cuando estás ansioso, puedes sentir “mariposas” en el estómago. O puede tener las palmas de las manos sudorosas o temblorosas. Puede que notes la boca un poco seca. O que tienes la cara un poco caliente. Puede sentir que su respiración o sus latidos se aceleran. Con la ansiedad, es posible que sientas una o varias de estas cosas.

Cómo se siente la ansiedad en la cabeza

Los síntomas de ansiedad por dolores corporales pueden aparecer y desaparecer raramente, ocurrir con frecuencia o persistir indefinidamente. Por ejemplo, puedes sentir dolores corporales de vez en cuando y no tan a menudo, sentirlos de forma intermitente o sentirlos todo el tiempo.

Estar estresado y/o ansioso (preocupado, aprensivo, inquieto, temeroso) hace que el cuerpo produzca la respuesta al estrés, que segrega hormonas del estrés en el torrente sanguíneo donde viajan a puntos específicos del cuerpo para provocar cambios fisiológicos, psicológicos y emocionales específicos que aumentan la capacidad del cuerpo para hacer frente a una amenaza, ya sea para luchar o para huir de ella, razón por la cual esta respuesta se conoce a menudo como la respuesta de lucha o huida[1].

  Ansiedad en los pies

Cuando las respuestas al estrés se producen con poca frecuencia, el cuerpo puede recuperarse con relativa rapidez de estos cambios fisiológicos, psicológicos y emocionales. Esto puede hacer que los dolores sean temporales y no parezcan problemáticos.

Sin embargo, cuando las respuestas al estrés ocurren con demasiada frecuencia y/o de forma dramática, el cuerpo puede permanecer en un estado de preparación de emergencia, lo que llamamos hiperestimulación de la respuesta al estrés,[2] ya que las hormonas del estrés son estimulantes. La hiperestimulación puede hacer que los músculos del cuerpo permanezcan tensos aunque la amenaza inmediata haya pasado. Los dolores de cabeza, el dolor muscular, la tensión muscular, los músculos tensos, los dolores corporales y la rigidez son síntomas comunes de la hiperestimulación de la respuesta al estrés.

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.Más información
Privacidad